En la penumbra de la madrugada, miles de indígenas mexicanos rodeaban junto con una gélida neblina, el centro deportivo donde Francisco dará el lunes una misa en Chiapas, donde impulsará la presencia de la Iglesia católica entre las empobrecidas comunidades autóctonas y se acercará a los migrantes.
Después de haber denunciado el narcotráfico y la corrupción durante los primeros días de su gira, el pontífice llegará a este estado entre las húmedas montañas del sureste mexicano, en la tercera jornada de su visita al país, que se extenderá hasta el miércoles.