Desde la ciudad israelí de Haifa hasta Ramala, pasando por la Franja de Gaza, las manifestaciones y los cruentos enfrentamientos con israelíes, civiles o militares, fortalecieron la identidad palestina, muy fragmentada en los últimos años, estiman los analistas.
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El 18 de mayo, en pleno conflicto en la Franja de Gaza, un llamado a la huelga general fue muy respetado en Cisjordania y Jerusalén Este, la parte palestina de la ciudad, pero también, hecho inusual, en localidades israelíes donde viven numerosos palestinos con nacionalidad israelí, como Nazaret y Acre (norte).
En múltiples lugares ondearon las banderas palestinas para apoyar la huelga general en reacción a los letales bombardeos de la Franja de Gaza por parte de Israel y la colonización en los territorios palestinos.
"Ver a cada comunidad palestina movilizarse unida es muy raro", señala Salem Barahmeh, director del Instituto Palestino para la Diplomacia Pública.

"Muerte a los árabes"
Primero estallaron los enfrentamientos entre la policía israelí y los palestinos en la Explanada de las Mezquitas en Jerusalén Este, lugar santo musulmán y símbolo de la identidad palestina.
Luego vinieron los bombardeos en Gaza y los disparos de cohetes hacia Israel, enfrentamientos en los que fallecieron más de 250 palestinos.
Y, al cabo de los días, la violencia llegó a Cisjordania y las ciudades israelíes llamadas mixtas, donde viven israelíes y palestinos.
La violencia en estas localidades de Israel, presentadas a menudo como ejemplo de convivencia, marca un punto de inflexión, opina Miriam Barghouti, investigadora y activista palestina.