El Atlético de Madrid, que ha quedado emparejado con el Bayern Múnich alemán en las semifinales de la Liga de Campeones, buscará vengar ante los alemanes la derrota que el club bávaro le infringió en la final de la Copa de Europa de 1974, en un duelo interesante también por lo táctico con el duelo Simeone-Guardiola, y con polémica.
Un encuentro que para los rojiblancos representa la oportunidad de llevar a cabo una venganza histórica, la de la final que perdieron contra el poderoso conjunto alemán hace 41 años, en el estadio Heysel de Bruselas en la temporada 1973-74.
En su primera final en el torneo, aquel 15 de mayo de 1974 de triste recuerdo para jugadores y afición rojiblanca, el Atlético tuvo el título en su mano. En el último suspiro de la prórroga, cuando el conjunto rojiblanco mandaba en el marcador desde el minuto 114 con un golazo de falta directa del legendario Luis Aragonés, se escapó el triunfo con un tiro lejano de Hans-Georg Schwarzenbeck, que batió a Miguel Reina.
La opción de vengar a Luis Aragonés, Adelardo, Gárate, Ufarte, Irureta, Reina y compañía pasa para el Atlético por frenar a la formidable delantera del conjunto bávaro, con el polaco Robert Lewandowski y el alemán Thomas Müller a la cabeza, que llevan ocho goles cada uno en la presente edición de la Liga de Campeones.
La eliminatoria también ofrecerá la posibilidad de ver un duelo interesantísimo en las pizarras, el fútbol de posesión y ataque de Guardiola -el Bayern es el equipo que más goles marca por encuentro en esta edición: 2.8 por partido, el doble que el Atlético-; frente al orden y la competitividad del Atlético de Simeone -que solo concede 0.5 goles por duelo, por 0.9 de media de los teutones-.
En esas declaraciones, el directivo del conjunto bávaro habló del duelo entre el Atlético y el PSV Eindhoven alemán para ejemplificar la "diferencia de calidad". Días después contestó Simeone. "Que Rummenigge se entere, de que les mandamos las imágenes de altura que pedían del partido con el Benfica para que puedan trabajar bien".
Alicientes históricos, tácticos y de polémica le sobran a este cruce de semifinales, que el Atlético encara desde el optimismo de haber eliminado al vigente campeón europeo, el Barcelona.