Marta Galego, una árbitra de la segunda división regional catalana, suspendió un partido después de recibir un insulto machista desde la grada, y no lo reanudó hasta que la seguridad retiró al aficionado del estadio.
“En el minuto 23 del partido yo pité una falta”, explicó Galego a Catalunya Radio, “entonces todo mundo calló y oí a un hombre gritando ‘vete a fregar (lavar) platos’”.
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La árbitra utilizó entonces una regla que se implementa desde febrero en el fútbol catalán: los insultos (en especial racistas o machistas) pueden provocar la detención o suspensión de un partido.
Galego se dirigió hacia el delegado del Unió Esportiva Valls (que jugaba contra el Cambrils Unió) y le informó sobre los insultos del espectador. Ella no pidió la expulsión del aficionado, aclaró en la radio, pero asegura que le pareció “muy correcta” la decisión de obligarlo a abandonar el estadio.
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Cuando volvió al césped y se reanudó el partido, Galego y su cuerpo arbitral recibieron una gran ovación de parte del resto del público.
La noticia la publicó el portal catalán sobre deporte regional "El Travesser", y rápidamente se hizo viral en varios medios internacionales.
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