Es usual que cada temporada navideña la industria del juguete introduzca al mercado nuevas invenciones para entretener a los niños. Por ello, la empresa Spin Master ha creado el Hatchimal, la versión evolucionada del Tamagotchi, aquella mascota virtual con forma de huevo que podía morir si su dueño no le prestaba los cuidados y la atención necesaria.
Los Hatchimals son unos juguetes interactivos que vienen en un huevo, nacen y evolucionan, para lo cual es necesario frotarlo, darle golpecitos y vueltas hasta que por fin responda, ya que aún adentro del cascarón, se manifiestan de formas singulares, con sonidos exclusivos de cada uno.
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Cuando el huevo se ilumina en la parte superior está casi listo para salir, pero probablemente su dueño deba seguir jugando con él hasta que logre evacuar el cascarón, ya que la cría irá poco a poco rompiéndolo hasta salir por completo.
La interacción entre los niños y el huevo es posible gracias a la tecnología touch: los sensores pueden responder a golpes en el cascarón, giros, sacudidas y caricias.
El comportamiento del Hatchimal va cambiando conforme pasa el tiempo. Primero se convertirá en un bebé mayor y luego en un adulto. Este juguete se vuelve más interactivo a medida que va creciendo: bailará, repetirá lo que se le diga y se moverá cuando se le aplauda. Además, en su etapa más madura, puede jugar con su dueño.
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Según la página del producto, existen dos especies de Hatchimal: Pengulas y Draggles pero aunque los niños escojan el color del huevo y la especie, “el Hatchimal los elije a ellos”.
*Con información de Sopitas y tuexperto.com
