El tradicional paseo marítimo de La Habana, conocido como el Malecón, dejó por unos días de ser el espacio habitual para pasear de las familias cubanas y se convirtió en una pista de carreras para la filmación de la octava película de "Rápido y Furioso".
Productores, equipo técnico, dobles y algunos de los intérpretes principales fueron llegando al país caribeño para iniciar la producción de la saga.
Según los vecinos del lugar, algunas casas son utilizadas como camerinos para maquillaje, o para guardar utilería, mientras cientos de cubanos se mantienen al rededor de las zonas de grabación con la esperanza de ver a los protagonistas de la película.