Desde alimentarse a base de limonada por varios días hasta tragarse pastillas de placenta: las personas, y en especial las mujeres, somos culpables de hacer cambios absurdos en nuestros hábitos alimenticios con tal de bajar muchas libras en el menor lapso de tiempo posible. La mayoría de estas "dietas" son dañinas para la salud y contraproducentes en el largo plazo. Es cierto que algunas consiguen rebajas sustanciales en la balanza, pero se trata de victorias pírricas, a costa de la pérdida de agua, masa muscular y lo peor, masa ósea, no necesariamente de la grasa que nos sobra.
Si están pensando en bajar de peso antes de las fiestas navideñas, les compartimos una serie de dietas raras, seguidas por algunos famosos, que revelan cómo se puede perder el buen juicio antes que las libras de más.
La dieta de la "limpia" o la limonada: La cantante Beyoncé confesó que fue una de sus víctimas en una entrevista televisada en el show de Ellen Degeneres. Consiste en alimentarse exclusivamente con un brebaje hecho de agua, jugo de limón, miel de maple y pimentón español, de seis a doce veces diarias. Este régimen se popularizó por primera vez durante la década de 1976, en el libro "La Dieta Limpiadora" (The Master Cleanser, en inglés), de Stanley Burroughs. Beyoncé bajó 20 libras gracias a esta dieta pero reconoció que también la volvió "malvada", sin contar los destrozos que provocó en su sistema digestivo.
El régimen de la galleta: Lo inventó un médico de la Florida, Sanford Siegal, pero eso no garantiza que sea buena idea. Se trata de controlar el apetito consumiendo seis galletas diarias hechas de una mezcla de amino ácidos y granos enteros, como avena, arroz, trigo entero durante todo el día. Está permitida una comida de 300 calorías al día, que puede consistir en carne magra y una taza de vegetales cocidos. La siguió Guy Ritchie, el cineasta británico que estuvo casado con Madona, quien sí perdió pese pero experimentó también un descenso marcado en su libido.
La dieta de la compota de bebé: Se dice que varias estrellas de Hollywood como Jennifer Aniston o Reese Whiterspoon, la han probado. Consiste en reemplazar las comidas con tarros pequeños de puré de verduras y carne cocida. A nadie se le ocurriría darle un bistec a un bebé, ¿entonces por qué probar las cosas a la inversa?
Pastillas de placenta: Hace poco se puso de moda en los Estados Unidos que las parturientas pidieran su propia placenta para procesarla con hierbas, convertirla en pastillas y tomarlas después de dar a luz. Esto se anuncia como un método no sólo para perder peso, sino para recuperar energía y retrasar el envejecimiento. La famosa más prominente que cayó en esta trampa fue la actriz y modelo January Jones. La bloggera Nancy Reed, del New York Times, relató su horrible experiencia con estas píldoras y concluyó que "lo que sale del cuerpo, mejor que se quede fuera".
La dieta de la Bella Durmiente: La hizo popular en su momento el ídolo de rock Elvis Presley. Consiste en ingresar a un hospital y pasar sedado varios días. Desde luego, como el paciente duerme y se alimenta de forma intravenosa, no consume calorías. De más está decir que no es recomendable para la salud pasar anestesiado una semana sin necesidad médica apremiante.