Lisha Simpson y Dain Yoon son dos artistas separadas por más de ocho mil kilómetros de distancia, pero con una pasión en común: ambas se dedican a crear ilusiones ópticas utilizando su cuerpo como lienzo.
Dain Yoon, residente en Seúl, realiza camaleónicos trabajos de bodypainting utilizando pintura acrílica, su rostro y sus manos. Su cuenta de Instagram, donde comparte la mayoría de sus trabajos, ha sobrepasado los 21 mil seguidores en poco más de dos meses, y algunas de las fotografías superan los 15 mil likes.
"Mi objetivo era mostrar el mayor número de perspectivas posibles", explica la artista, "así que se me ocurrió superponer mi cara y partes de mi cuerpo para que parezcan uno, transparentes".
Esta artista, de 22 años, comenzó a especializarse en arte en durante secundaria y después y estudió en la Universidad de Artes de Seúl. No solo realiza fotografías con su trabajo de bodypainting: la artista también crea vídeos que publica tanto en Instagram como en su canal de YouTube.
La artista Lisha Simpson también experimenta con su propio cuerpo, aunque en sus obras los protagonistas son sus manos y brazos. Los deja reducidos a huesos, o coloca sobre ellos una vela ardiendo.
No es que los trabajos de esta australiana lleguen a los extremos de las consagradas Orlan, Genesis P-orridge o Marina Abramovich. Solo se trata de su original forma de afrontar el bodypainting. Comparte en su perfil de Instagram sus extraños experimentos ante sus miles de seguidores.
Su secreto es, como muchas de las grandes ideas en arte, sencillo y complejo a la vez. Fotografía su brazo, pintado en parte de negro, sobre un fondo de ese mismo color buscando la iluminación y el ángulo perfectos, explica a Verne a través del correo electrónico.
*Tomado de www.verne.elpais.com





