El sábado, mientras 1,500 agentes de la Policía Nacional Civil y el Sistema Penitenciario llevaban a cabo un operativo en la cárcel de Pavoncito, el cual duró más de 12 horas y tuvo como resultado el decomiso de una lista interminable de electrodomésticos, celulares y chips, Soy502 aprovechó para dar un vistazo a la cárcel de Pavón, ubicada en cercanías de donde se llevaba a cabo la requisa.
El Ministerio de Gobernación ordenó un operativo a gran escala en Pavoncito, con el fin de recabar más pruebas en contra de la red liderada por Lima Oliva, y retirarle los beneficios que poseían 811 reos. Mientras esto sucedía, a unos cuántos metros, en la Granja Penal Pavón, donde guardan prisión 1 mil 922 reos condenados por diferentes delitos, la vida transcurría con tranquilidad.
Las imágenes son evidentes: reos hablando por celulares sin problema, un terreno dividido en lotes que incluso están marcados como propiedad y dirección, casas privadas con pila, nada distinto a como era el penal en el año 2006, cuando se dijo que la "operación Pavoreal" permitió la toma de control por parte de las autoridades.
Esto es lo que vimos, así transcurre la vida dentro de un centro de condena:
Los reos de Pavón poseen privilegios como vivir en lotes privados:
Los lotes están marcados con número, folio y libro, porque se convierten en una propiedad privada para el reo que paga por ellos, tal como ocurría en el 2006:
Los reos caminan sin vigilancia ni control por los terrenos del centro carcelario, donde no se observa un solo guardia:
Las viviendas poseen pilas y se observa como recolectan agua, como si se tratara de una propiedad privada:
Como si se tratara de una colonia, así está dividido el terreno de la cárcel de Pavón, a la vista de las autoridades:
Los reos hablan libremente por teléfono, sin preocupación de ser sorprendidos. No hay presencia de guardias custodiándolos:
Sistema colapsado
La captura del director del Sistema Penitenciario (SP), Edgar Camargo, vinculado con una red de corrupción que se beneficiaba económicamente con el traslado de reos, dejó una inquietud preocupante sobre el control que el Gobierno posee sobre las cárceles.
Byron Lima Oliva, el militar que purga una pena de 20 años de cárcel por el asesinato de Monseñor Juan José Gerardi, lideraba dicha red en el centro preventivo Pavoncito. Sin embargo, Lima Oliva es tan solo la punta del “iceberg” de toda una decadencia, anarquía e impunidad que reina en las cárceles del país.
Consultado al respecto, Gary Estrada, coordinador del Programa de Privados de Libertad del Instituto de Estudios Comparados en Ciencias Penales de Guatemala (ICCPG), destacó que el problema va mucho más allá de Lima Oliva y de una o varias requisas.
El Sistema Penitenciario es la continuidad de todo el Sistema de Justicia y todo lo que sucede forma parte de un ecosistema ya establecido, comenta Estrada. Es una estructura que manejan los reos porque no existe atención directa.
Para Estrada, la solución es una reforma total al Sistema Penitenciario, el cual no ha sufrido ningún cambio desde que fue creado. Además, según él no solo basta con crear una Política Penitenciaria, sino “toda una transformación”.
“Se debe repensar la forma en la que se utilizan las cárceles y debe existir una transformación desde una visión equitativa de justicia. El problema es la estructura y de seguir como está no habrá ningún director ni ministro de Gobernación que pueda hacer algo por cambiarlo”, concluyó Estrada.
