Son las 9 de la mañana de un lunes. No es un día y hora habitual para programar actividades deportivas, pero los graderíos de la preferencia están completamente llenos. Hay unos dos mil aficionados, todos de rojo.
Es el estadio Manuel Felipe Carrera, zona 7, y desde el campo se escuchan gritos que dicen: “No es pescado, es tiburón”. Municipal programó la presentación del delantero guatemalteco, Carlos Ruiz, a puerta abierta en el primer día laboral de la semana y en horario de trabajo pero la afición se volcó para no perderse este momento que muchos llamaron “histórico”.

Cada vez que el “Pescadito” asoma desde el camerino se escucha un retumbo ensordecedor como si se hubiera marcado un gol. Llegó la hora, los fanáticos esperaron 12 años para volver a ver el “mítico” número 20 vistiendo a Carlos.
La pirotecnia estalló, era de día pero los fuegos artificiales fueron tantos que su luz deslumbró. El terreno de juego se cubrió de espesa niebla roja. Entre el escándalo se escucharon las declaraciones del Pescado: “No vengo de paseo, vengo a ser campeón”. El ruido se volvió más fuerte.

Entre un tumulto de cámaras y micrófonos, en medio de dos cabezas que lucían un gorro de Nemo (el pez de la película de Disney), Carlos anunció el motivo que lo trajo de vuelta a las canchas de nuestro país: “por ellas (Andrea y Samanta, sus hijas) es que estoy de vuelta en Guatemala”.
La estampida de periodistas no se despegó ni un minuto del 20 rojo ni de sus hijas. “Jamás imaginé que a mi papá lo quisieran tanto”, dijo Andrea, mientras contó que: “Los gorros de Nemo los tienen desde el 2002”.

“En el colegio (Valle Verde) me enojaba mucho porque cuando la selección perdía culpaban a mi papá”, finalizó la niña de 12 años, mientras miró cómo su papá se trepó a la malla de seguridad del campo y se lastimó la mano con el alambre de púas.
El entreno y el día fue atípico. Horas después de los primeros toques de pelota del “Pescadito”, las redes sociales, páginas web, periódicos y los programas de radio y televisión no dejaron de hablar y comentar sobre el tema.

El efecto que creó Carlos Ruiz el lunes temprano en el estadio El Trébol es lo que necesita nuestro fútbol para volver a estar en boca de todos. Ojalá la llegada de la “vitamina CR20” a los distintos escenarios de la Liga Nacional dé la misma cura y que se puedan ver estadios llenos, que se viva un espectáculo.
Según contó una persona administrativa del club Municipal, la lista de patrocinadores del equipo podría ampliarse, ya hay varias marcas que quieren sumarse al efecto “Pescadito”. La expectativa ya está en Guatemala. Los fanáticos (no rojos, de todos los equipos) estarán al pendiente de lo que pasa con Ruiz y le tocará a los medios de comunicación aprovechar esta ola. Bienvenido CR20, la vitamina que el fútbol nacional necesitaba.





