Tomar agua no solo te quita la sed y ayuda a activar el metabolismo. Recientes estudios evidencian que la falta de este líquido en el organismo afectan el cerebro empeorando el rendimiento en tareas cognitivas y dificultando la atención. No beber suficiente agua hace que pensemos peor, y llegar a ese estado es mucho más fácil de lo que parece.
Basta correr durante media hora o caminar a buen ritmo durante una hora para que el organismo pierda entre un 1,5 y un 2% de agua. Parece poco, pero es más que suficiente como para deshidratarnos.
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Lo peor es que no solemos darnos cuenta de que necesitamos beber agua hasta mucho más tarde, y sin embargo perder un 1% de agua es suficiente para que a nuestro cerebro le cueste más llevar a cabo ciertas tareas. El estado se llama deshidratación suave y aparte de hacernos pensar peor puede provocarnos cambios de humor.
Mindy Millard-Stafford es directora del departamento de fisiología del ejercicio en el Instituto Tecnológico de Georgia. Después de un macroestudio que analiza los datos de 33 estudios previos, la investigadora ha encontrado evidencias de que no beber suficiente agua afecta a nuestro rendimiento más de lo que imaginamos.
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Uno de estos estudios comparaba el rendimiento de un grupo de voluntarios en varios test cognitivos habiendo bebido suficiente agua, y bajo los efectos de una deshidratación suave que les hizo perder solo un 1% de agua. Los resultados de rendimiento empeoraron un 12% con la deshidratación.
Si vas salir de paseo o te vas a ir de compras toda la tarde es recomendable que lo hagas acompañado de una botella de agua y bebas aunque no sientas sed.
*Con información de Gizmodo
