Jeremy Meeks, de 30 años, saltó a la fama el 19 de junio, después de que el Departamento de Policía de Stockton (California) publicara su fotografía en Facebook y su agraciada foto empezara a circular en las redes sociales bajo el título de "el preso más guapo del mundo".
Desde entonces, su madre montó una campaña de "crowdfunding" para pagar su fianza y bajo el lema "Free Jeremy Meeks" sus admiradoras ya han recaudado más de 5 mil dólares, de los 25 mil que necesitaría. Otros de sus seguidores le han regalado desde dibujos hasta un rap.
Su página en Facebook ya va por los 180 mil "Me gusta" y cadenas como la estadounidense ABC lo han entrevistado.
Su fama ha atraído, incluso, a algunas agencias de modelos, que según The Mirror, le habrían ofrecido contratos por un monto de unos 22 mil dólares para trabajar en pasarelas cuando solvente su situación legal.
Todo ello por tener "una cara bonita" y pese a que este joven enfrenta 11 cargos criminales. En 2002 ya fue detenido por asalto y robo y en 2007 por suplantación de identidad. Además, se le vincula a una de las bandas más peligrosas de California, la de los Crips.
EL EFECTO "HALO" DEL ATRACTIVO
Este fenómeno ha llamado la atención de expertos y analistas, que comparan este caso con el del estadunidense Ted Bundy, en los años 70. Este delincuente asesinó a 36 mujeres aprovechando su atractivo físico: después de seducirlas, las violaba para terminar segándoles la vida.
Ambos, provocan lo que se conoce como "efecto halo", según el cual el aspecto físico influye en la interpretación de los demás rasgos. De hecho, un estudio de la Universidad de Cornell mostró en 2010 que los criminales feos tienden a recibir condenas más duras a las de las personas atractivas que cometen los mismos delitos.
Con información de ElConfidencial
