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De acuerdo con defensores de los mininos, a través de ellos es posible mejorar notoriamente el bienestar psíquico de una persona, ayudándola incluso a superar depresiones o ansiedad.
“Todo lo que quiero hacer es relajarme, pero no sé cómo”, dice una mujer antes de ingresar a un peculiar cubículo armado en medio de la calle, en el que se ofrece “terapia gratis”.
Provista de audífonos, una apacible voz le pide que se siente de forma cómoda, que cierre los ojos y respire profundo.
“Escuche el ronroneo de un gatito feliz”, prosigue la voz, mientras el característico sonido felino comienza a sonar.
Las sonrisas parecen inevitables, pero sobrepasan el nivel de tensión previo, cuando comienzan a salir varios mininos desde distintos puntos de la cabina. “No puedes estar estresado en un lugar lleno de gatitos”, dijo otro de los sujetos que se sometieron al experimento.
Esto fue parte de una prueba realizada por SoulPancake, una agencia multiplataforma que crea contenidos para pensar, reír y llorar como una manera de calmar la ansiedad en las personas.
Lo cierto es que las mentes de esta agencia solo han querido demostrar algo que por muchos años, varias personas vienen diciendo: que los gatos son mascotas que, dadas sus características, podrían ayudar a las personas a superar no solo el estrés, sino trastornos depresivos y de ansiedad.
“El gato es el animal con mas propiedades telepáticas. Siente la energía de quienes les rodea, por ejemplo, cuando un anciano esta cerca de la muerte”, comentó. “El tratamiento con gatos funciona muy bien poniéndolo encima de la falda, y acariciándolo hasta que ronronee. Éste el mejor momento porque normalmente es beneficioso”, explicó Francesc Cuatrecasas.
De esta manera, Cuatrecasas coincide con estudios como el publicado en 2011 en Journal of Personality and Social Psychology y realizado en conjunto por la Miami University y la Saint Louis University, que demostró que los dueños de mascotas parecían tener un mayor bienestar en sus vidas que los que no tenían animales de compañía, presentando más autoestima, sociabilidad, menos estrés y hasta una mayor facilidad para enfrentar un rechazo, al pensar en la mascota igual como un “mejor amigo”. Es decir, como un soporte social.
