De acuerdo con los últimos descubrimientos de la tecnología espacial, se ha confirmado la existencia de más de 1,700 planetas extrasolares, es decir, planetas que giran alrededor de otras estrellas que no son el Sol. Hoy esto es algo normal y hasta podría decir común, pero no siempre fue así. A mí me tocó vivir la época cuando si un astrónomo decía que había planetas alrededor de otras estrellas lo miraban raro, se le consideraba medio desquiciado o fanático de los hombrecitos verdes.
1995 fue un parteaguas en este tema, porque fue el año en que algunos astrónomos, valientemente, se aventuraron a declarar que habían descubierto planetas alrededor de otras estrellas. Naturalmente, esto tenía que tener un sólido respaldo y fue así como desarrollaron varios métodos científicos para deducir su existencia, porque el problema que había era que el brillo de las estrellas no permitía verlos con telescopio ni obtener imágenes directas de los mismos.
En 1995, los astrónomos suizos Michel Mayor y Didier Queloz confirmaron el descubrimiento de un planeta alrededor de la estrella 51 Pegasi b. Esto en buen chapín quiere decir que confirmaron que había un planeta girando alrededor de la estrella 51 de la constelación de Pegaso, la cual está a 51 años luz de la Tierra.
Al publicar sus resultados, otros astrónomos que verifican que su descubrimiento sea correcto no pudieron más que aceptarlo. El método que habían desarrollado era completamente científico, verificable y comprobable.
Al grupo se unió otro astrónomo muy entusiasta llamado Geoffrey Marcy, quien es profesor de Astronomía en la Universidad de Berkeley California. El Doctor Marcy confirmó la existencia de 51 Pegasi y además realizó con sus colaboradores otros descubrimientos importantes como el primer grupo de planetas parecido al sistema solar, girando alrededor de la estrella Upsilon de la constelación de Andrómeda. También descubrió el primer planeta de un tamaño similar a Saturno y otro similar a Neptuno. El y su equipo han descubierto 250 planetas a la fecha.
El mundo astronómico dio entonces un giro, y hasta los astrónomos más escépticos se convencieron ante la evidencia. La ciencia había encontrado un método seguro para la detección de planetas en otras estrellas y ahora es totalmente aceptado. No hay ninguna duda de que existen.
Una vez establecida esta base, es inevitable hacerse la siguiente pregunta. Si existen miles de planetas allá afuera, ¿es posible que existan civilizaciones inteligentes también? ¿Es posible que existan seres tecnológicamente avanzados iguales o superiores a nosotros?
Recientemente hice una encuentra en Facebook, y de cada 10 personas 8 piensan que sí y 2 que no. El 80% piensa que es probable y el 20% que es improbable. Es sólo una referencia. No prueba nada, pero es interesante saber qué piensa la gente. Personalmente pienso que sí. El universo está formado por los mismos elementos que se combinaron para crear estrellas, planetas y por lo tanto deben haber evolucionado en formas similares. La inteligencia tampoco debe ser un caso único. Aunque no hay evidencia de esto, buscarla debe ser nuestra siguiente meta. De lo que sí estoy seguro es que el universo seguirá asombrándonos cada día con sorpresas que ni siquiera imaginamos.
