El genoma de un millón de voluntarios en Estados Unidos será una mina de datos para descifrar el enigma de las mutaciones que causan enfermedades como el cáncer y ajustar los tratamientos a cada paciente o actuar de forma preventiva.
La secuenciación del genoma de esos voluntarios forma parte de la iniciativa del presidente de Estados Unidos, Barack Obama, para impulsar la denominada medicina de precisión, a la que ha destinado 215 millones de dólares en su plan de presupuesto de 2016.
Para el profesor Adolfo Ferrando, del Instituto de Patología Pediátrica y Genética del Cáncer de la Universidad de Columbia, esta iniciativa es "el último capítulo" de la transformación de la medicina en los últimos años, con la incorporación de la información detallada y específica de cómo funcionan las enfermedades.
En el campo del cáncer, Ferrando explicó que la información de marcadores genéticos de mutaciones específicas tiene un impacto sobre las decisiones de cómo se tratan a los pacientes, y, en algunos casos, incluso sobre medicamentos específicos que les pueden beneficiar.
La novedad de esta iniciativa es que analizará el genoma global y recogerá gran cantidad de datos de individuos sanos.
La base de datos, que mantendrá la privacidad de los pacientes, estará a disposición de la comunidad científica internacional.