Aunque la cantante Amy Winehouse fue encontrada muerta en su casa de Londres en julio del 2011, el nombre de la artista continúa siendo rentable para sus negocios.
Según informa el diario The Sun, la empresa Cherry Westfield, que ahora es dirigida por los padres de la fallecida, Mitch Winehouse y Janis Seaton, llegó a obtener beneficios de más de 1.5 millones de dólares desde la muerte de la estrella hasta abril del año pasado.
De esta forma, la empresa ha multiplicado sus ganancias hasta cuatro veces más de lo normal. También las ventas de su segundo y último disco de estudio, "Back to Black", alcanzaron los 1.7 millones de copias vendidas en dos años y medio.
Con información de El Espectador.






