Patricia Samayoa perdió la vida el jueves en la tarde durante un confuso incidente en una farmacia, en el que un guardia de seguridad le segó la vida de un disparo.
Los que la conocieron y trabajaron con ella, la recuerdan como una persona comprometida con el feminismo, una emprendedora y una mujer solidaria con las historias que le tocó escuchar como activista.
El trabajo de toda una vida por los derechos de la mujer se ve reflejado hoy en su hija Andrea Carrillo, quien escribe en el periódico La Cuerda. "Su trabajo en el movimiento le sirvió de modelo a seguir a su hija que hoy, aunque de manera más visible, hace lo mismo que Patricia", señala Erica Díaz, quien trabajó con ella varios proyectos desde ONU Mujeres.

"Era alegre y entusiasta. La dejé de ver unos 15 años y cuando nos reencontramos hace unos días, ella seguía siendo la misma persona", asegura Díaz.
Samayoa trabajó por 14 años en la Municipalidad de Guatemala. Ella fue la que sentó las bases de la Oficina Municipal de la Mujer. "Trabajó siempre con un gran amor por los proyectos. Siempre fue un ejemplo para muchas mujeres involucradas en las actividades para empoderar a las mujeres", relata Carlos Sandoval, vocero de la comuna capitalina.
Su rol como coordinadora de proyectos iba más allá del papeleo y la burocracia. Odeth Alvarado, comunicadora de Onu Mujeres recuerda que entre los proyectos que ejecutaron en conjunto con la Municipalidad estaba el de Ciudades Seguras, con el cual se recuperaron espacios públicos que antes eran peligrosos por la violencia.

"Se la veía en las actividades muy involucrada y era común encontrarla en los parques con una brocha en la mano, pintando bancas y paredes de parques y canchas deportivas", dice Alvarado en entrevista telefónica.
Su activismo por las causas sociales empezó en ella desde la época en que fue estudiante en la facultad de Historia en la Universidad de San Carlos.
El director de la Editorial F&G, Raúl Figueroa Sarti, quien fuera compañero de Samayoa en la universidad, relató que desde entonces estuvo involucrada con las luchas populares y en el movimiento estudiantil.
"La primera vez que la vi fue en el año 79, luego de un ataque que la policía hizo a la universidad, nos fuimos ella y su marido José Domingo Carrillo juntos en un carro por seguridad ya que ella era parte del movimiento estudiantil llamado Frente", añadió Figueroa.






