Un estudio publicado hace unas semanas en Current Biology y realizado por investigadores de la universidad de Budapest demuestra por primera vez mediante imágenes que los cerebros de perros y personas tienen áreas similares sensibles a las voces y sonidos de comunicación y, además, ambos distinguen el colorido emocional de lo que escuchan siendo capaces de reconocer e interpretar. Es decir, que ambos cerebros se entienden.
El investigador reclutó, con la ayuda de "un gran grupo de dueños muy entusiastas", a 11 perros que debían ser entrenados para estar muy quietos en el tubo de un aparato de resonancia magnética que produce un ruido muy fuerte. Mediante golosinas y reconocimiento, los canes (entre ellos border-collies y golden retriever, como se ve en las fotos), conseguían estar tumbados sin moverse hasta seis minutos. Y otros, fuera del aparato, veían cómo su compañero era acariciado y premiado de forma continua. "Todos deseaban participar en el juego", dice Andics.

Además de los perros, un grupo de personas (22, concretamente) escucharon, metidos en el tubo del aparato, 200 sonidos de tres clases: humanos, caninos y ambientales.

Cada especie reaccionaba con mayor intensidad a los sonidos emitidos por los miembros de la propia estirpe: los perros a los ladridos y gruñidos y los humanos a los llantos o las risas."Este hallazgo quiere decir que estas zonas pueden haber evolucionado hace 100 millones de años, cuando las especies humana y canina tuvieron un ancestro común", mantiene Attila Andics.
Tomado de: El País.com





