España quedó eliminada en los octavos de final del Mundial de Rusia 2018 a costa de la selección anfitriona, luego de perder 3-4 en la tanda de penales.
El partido concluyó 1-1, pero hubo una jugada en los tiempos extras que pudo cambiar la historia del juego.
Transcurría el minuto 114 cuando Gerard Piqué y Sergio Ramos, volcados a la ofensiva en una jugada a balón parado, fueron sujetados por sus marcadores dentro del área rusa.
El árbitro holandés Bjorn Kuipers no marcó nada, pero los reclamos airados de los españoles lo llevaron a utilizar el VAR para revisar la jugada.
Tras la revisión respectiva el juez determinó que no había pasado nada y decidió dar continuidad al juego.
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