El presidente del Congreso, Luis Rabbé, retrasó la sesión solemne debido a que aún se encontraba cabildeando entre los diferentes bloques para que votaran para su reelección al frente de este Organismo del Estado.
No importaba que ya se encontraran en el Congreso los magistrados de la Corte de Constitucionalidad, ni de la Corte Suprema de Justicia (CSJ), o los invitados del cuerpo diplomático, mucho menos la presencia de los diputados nuevos que asumirán, la sesión solemne de cambio de legislatura para los próximos cuatro años se retrasó por más de dos horas.
¿La razón? Diputados cuestionados indicaron que Rabbé buscaba votos, incluso hubo una sesión de jefes de bloque en medio del hemiciclo del Congreso para determinar qué hacer, sí era legal o no iniciar la sesión sin la presencia del Presidente.
Arístides Crespo, vicepresidente primero de la Junta Directiva, se negó a iniciar y pidió al resto de legisladores para que tuvieran paciencia. La reunión parecía no avanzar e incrementaba la molestia de los diputados.
Finalmente, Luis Fernández Chenal, exdiputado del PP y ahora partidario del Movimiento Reformador (MR), pidió la palabra y presionó a la Junta Directiva a iniciar la sesión.
Rabbé planeaba arrebatar del poder a la planilla concertada por la Unidad Nacional de la Esperanza (UNE) en la cual, Mario Taracena se perfila como el nuevo presidente del Congreso.