La izquierdista Dilma Rousseff inicia este jueves su segundo mandato en Brasil acosada por un escándalo de corrupción en la estatal Petrobras, y forzada a tomar medidas de ajuste frente al deterioro de la séptima economía del mundo.
Reafirmo minha fé na política que transforma para melhor a vida do povo. #PosseDaDilma
El acto de investidura concentra a unos 30 mil simpatizantes bajo el aplastante sol de Brasilia.
Fiel a la tradición, Rousseff, de 67 años y vestida con una falda y una blusa color crema de encaje, abordó un Rolls-Royce descapotable de 1952 y recorrió, sonriente junto a su hija Paula, la vía de la explanada de los ministerios rumbo al Congreso, donde tomará juramento.
Assumo aqui um compromisso com o Brasil que produz e com o Brasil que trabalha. #PosseDaDilma
La primera mujer en gobernar este país de más de 200 millones de habitantes comienza el gobierno con buena parte del país en contra, una popularidad recortada (del 79 por ciento de 2011 al 52 por ciento en 2014) y un panorama desalentador para la economía.
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Sin embargo, decidió mantener al frente de Petrobras a Graça Foster, muy cercana a ella, pese a los pedidos de la prensa y la oposición a favor de un cambio de mando en la estatal.
El otro desafío
Durante su primer gobierno, marcado por masivas manifestaciones en 2013 contra la corrupción de la clase política y el elevado gasto público en el Mundial de fútbol, la economía experimentó un deterioro al pasar de un crecimiento de 7.5 por ciento del PIB en 2010 a una previsión cercana a cero en 2014, en medio de la desaceleración mundial.
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En 2011 la actividad creció 2.7 por ciento, en 2012 un 1 por ciento y en 2013 un 2.5 por ciento. Y para 2015 los mercados esperan un leve despegue del 0.5 por mientras la inflación cerró en noviembre 6.56 por ciento, encima de la meta oficial del 4.5 por ciento.
Si bien el desempleo todavía está en sus mínimos históricos (4.8% en noviembre), y los programas sociales contra la pobreza y la desigualdad siguen dándole réditos políticos en un amplio sector de la población, Rousseff está obligada a dar un golpe de timón.
Me encuentro en el Senado Federal de Brasil para asistir a la toma de posesión de la presidenta @DilmaBR pic.twitter.com/Eqj2LE5SAo
El vicepresidente de Estados Unidos, Joe Biden, y varios mandatarios latinoamericanos, entre ellos el de Venezuela, Nicolás Maduro, la de Chile, Michelle Bachelet, y el de Uruguay, José Mujica, asistieron a la ceremonia.




