El ciclista holandés, Remco Grasman, se lesionó de gravedad en el campeonato de contrarreloj de su país de manera inexplicable. Cuando estaba a punto de realizar su salida, el corredor perdió el equilibrio y cayó al asfalto, apoyando el peso de su cuerpo sobre el brazo y rompiéndoselo al instante.
Hay que recordar que los pedalistas van literalmente amarrados a los pedales de su bicicleta, lo que no les permite soltarse con rapidez y evitar golpes como este.
Cabe mencionar que la persona que le sostenía el sillín no lo soltó a tiempo y esto provocó que el ciclista perdiera el control y el resultado una aparatosa caída con fractura incluida.