Con una bolsa llena de documentos y la fotografía de un niño en la mano, Alicia Zet, de 55 años, esperaba ser llamada en una sala de la Procuraduría de Derechos Humanos (PDH). Su objetivo: pedir ayuda para que su nieto regrese a casa.
La mujer está dispuesta a hacer lo imposible para que David, de 8 años, abandone las instalaciones del Hogar Seguro Virgen de la Asunción y regrese a casa, para que retome sus estudios y pueda estrenar los útiles escolares que con tanto esfuerzo le compró.
El caso de David fue llevado ante el sistema de Justicia por medio de algunos docentes del establecimiento educativo al que asistía, al ser cuestionado respecto al trato que recibía en su hogar, reveló que su mamá le pegaba, pero a criterio de Alicia, su abuela, lo único que hacía era corregirlo.
Alicia lamenta que la hayan engañado. Afirma que un grupo de personas de la Secretaría de Bienestar Social le dijeron que le ayudarían con los problemas que tenía David en su escuela y lo internaron en el Hogar Seguro Virgen de la Asunción.
La abuela relata, con la voz entrecortada, que hace unos días se mudaron con su hija y sus otros dos nietos. "Dejamos la zona 18 y conseguimos una casita en la zona 12 para que nos devuelvan a David", agrega.
Según la familia de David, él tiene un cuadro de autismo que le fue diagnosticado en el Centro Alida España y también recibía tratamiento médico en el Hospital San Juan de Dios, mismo que no le ha sido otorgado desde hace 20 días que fue ingresado en el Hogar.
Alicia, quien se turna con su hija para trabajar y no dejar solos a sus nietos, destaca que lo único que quiere es que su nieto vuelva a su casa porque teme que su vida esté en peligro mientras esté en el Hogar Virgen de la Asunción.