Ancelotti celebró con su plantilla el triunfo ante el Schalke 04 en Alemania. (Foto: AFP)
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Cristiano Ronaldo anotó en el primer tiempo para el Madrid ante el Schalke 04. (Foto: AFP)
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Cristiano Ronaldo anotó el 1-0 para el Madrid durante el primer tiempo en el Veltins-Arena en Alemania. (Foto: AFP)
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Benzema la tuvo difícil con los defensores rivales. (Foto: AFP)
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El gol de Cristiano para el Madrid durante el primer tiempo. (Foto: AFP)
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Un tanto de Cristiano Ronaldo y un golazo de Marcelo bastaron al Real Madrid para ganar 0-2 al Schalke, que no plantó cara a un equipo algo tedioso, efectivo y profesional, que encarriló en Alemania la eliminatoria de los octavos de final de la Liga de Campeones.
Los hombres de Ancelotti se vieron las caras con un rival perfecto para recuperar sensaciones después de un par de meses erráticos con días aciagos como el del Vicente Calderón. El brillo de antes del Mundial de Clubes había desaparecido y apenas quedaba algo de aquellas jornadas en las que las victorias llegaban solas.
En la actualidad, el Schalke es un club claramente menor que el Real Madrid. No se encuentra en un momento muy fino y Roberto Di Matteo, aunque ha conseguido formar un bloque más rocoso y compacto, sigue sin dar con la tecla para alcanzar a aquel equipo que hace algunas temporadas logró plantar cara al Bayern de Múnich en la Bundesliga.
Pero tampoco es el Schalke del curso pasado, al que el Real Madrid humilló con un 1-6 en su camino hacia su décima Copa de Europa. Dotado de más orden, pero con algo menos de calidad por la ausencia de su estrella Julian Draxler y de su portero titular, Ralf Fährmann, volvió a mostrarse como un conjunto timorato y previsible.
Los aficionados recordaron la fiesta de cumpleaños de Cristiano Ronaldo.
Se salvó de la goleada gracias a un orden que el equipo de Ancelotti se encargó de romper a base de un dominio parsimonioso. En estos momentos, con tanta duda, el Real Madrid no está para demasiadas florituras e impuso su calidad a base de control, control y más control.
Tal vez es lo que necesitaban unos jugadores que tenían recientes los pitidos del pasado fin de semana en el Santiago Bernabéu a Iker Casillas, Ancelotti e incluso, aunque leves, a Cristiano. Su fiesta de cumpleaños no pasó inadvertida y menos su mal partido ante el Deportivo. La Liga de Campeones tenía que servir al portugués para redimirse.