Portugal dio una de las mayores sorpresas de la historia de la Eurocopa tras vencer a Francia en su casa, en el Stade de France (1-0), con un gol de Éder en la prolongación (109). Los nuevos campeones jugaron la mayor parte del partido sin su estrella Cristiano Ronaldo, que salió por una lesión de rodilla en el minuto 25.
La selección lusa logró de esta manera su primer gran título internacional, doce años después de haber sufrido la derrota en 'su' final ante Grecia en 2004. De esa selección sobrevivían Ricardo Carvalho y el propio CR7.
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Éder, que había ingresado de cambio, logró el tanto de la victoria con un disparo lejano y raso, ajustado al poste derecho de la portería de Hugo Lloris. Quedaban once minutos cuando el delantero, que curiosamente no fue titular en ninguno de los partidos previos, marcó el gol más importante de la historia de su selección.
Tenía mala pinta
La situación de Portugal se complicó en el minuto 8, cuando una entrada de Dimitri Payet sobre Cristiano Ronaldo mandó al portugués al suelo. Hasta dos veces salió para que lo atendieran los médicos, pero al final quedó muy claro que no podía más y pidió el cambio. En su lugar entró Ricardo Quaresma en el minuto 25, mientras CR7 abandonaba el campo llorando desconsoladamente y en camilla.
Francia, que no fue demasiado superior, tuvo las mejores oportunidades del partido, pero el portero Rui Patricio respondió en todas con grandes atajadas.
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La única jugada que se le pasó al arquero portugués fue un remate de André-Pierre Gignac en el minuto 92, que milagrosamente pegó en el poste. Ya en el tiempo extra, Portugal estaba mejor físicamente y dominó el partido con peligrosos contragolpes.
Por su parte, Antoine Griezmann, la gran esperanza francesa para la final, estuvo desaparecido en varias fases del partido y falló las dos ocasiones claras que tuvo frente al arco. Ya para el final del partido, Cristiano Ronaldo estuvo lado a lado con su entrenador Fernando Santos, dando indicaciones a sus compañeros hasta que el árbitro pitó el final.
De los siete partidos disputados por Portugal, solo uno, en semifinales contra Gales (2-0), consiguió ganar en los 90 minutos, pero le sirvió para ser campeón de Europa.