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"Me puse en forma y mi relación se arruinó..."

  • Por Soy502
19 de agosto de 2017, 07:17
Es común que las parejas se peleen si solo uno cambia sus hábitos de vida. (Foto: servicios)

Es común que las parejas se peleen si solo uno cambia sus hábitos de vida. (Foto: servicios)

De forma repentina dejaron de desvelarse los jueve-bebes, viernes y sábados. Entre semana, el despertador empezó a zumbar desde las 4:30am en repetidas ocasiones. Resultó que de pronto ya no comía ciertas comidas que antes disfrutaban: evitaba las gaseosas y conforme se aceraba la fecha de la primera competencia, su obsesión por hablar de deporte ya era insoportable.

Por otro lado, la persona que inició los cambios positivos en sus actividades y decisiones cotidianas, sentía una energía que no había experimentado antes. La vitalidad lo envolvía, cada mañana tenía un propósito más fuerte y profundo, su aspecto físico había mejorado enormemente y lucía mucho más joven, sus pensamientos y estado de ánimo mejoraban, su autoestima aumentaba en la medida que descubría nuevas retos que podía realizar y antes eran impensables. En pocas palabras ¡se sentía vivo!

El gran problema que amargaba su cuento de hadas era que su pareja le reprochaba cada cambio en la rutina, no lo comprendía y empezaba a distanciarse cada vez más…

Esta es una historia típica en la que únicamente uno de los dos inicia algún cambio profundo que transforma la convivencia, en este caso, la práctica deportiva.

Debemos comprender que somos animales "racionales" de costumbre. Nuestra naturaleza prefiere que las cosas permanezcan igual, la resistencia al cambio es intrínseca en nuestra psiquis. Sin embrago, pelear contra este rasgo es clave para lograr la evolución en todo sentido.

Hay un dicho muy cierto que dice que el verdadero sentido de la vida empieza donde la zona de confort termina. Esto es lo que descubrió el sujeto de la historia que contábamos previamente. El problema del ejemplo anterior podríamos enfocarlo incorrectamente en el deporte o el cambio de rutina, pero la verdad es mucho más profunda y yace en poder distinguir entre el amor verdadero y el apego.

Si existe un amor verdadero, el observar cambios positivos en tus seres cercanos debería ser una razón para despertar un sentimiento de felicidad real por las transformaciones positivas. El problema es que muchos basan sus relaciones sentimentales en el apego, codependencia, posesión y no en el sentimiento más puro.

Debemos tener claro que el amor da vida; el apego la resta. El amor surge y nunca lo hace de la misma manera mientras el apego busca revivir una y otra vez los momentos de amor y se le olvida que son irrepetibles.El apego es dependiente mientras el amor brilla con libertad, se basa en la libertad y no existe por imposición, costumbre o por dogma. El amor verdadero no teme a nada porque sabe con certeza de la fuerza inigualable de sí mismo, en cambio el apego vive en un constante temor: es tan débil e inseguro que se inquieta cuando sales de casa por lo que pueda pasar. El apego se alimenta de la rutina, la rutina mata al amor verdadero.

En mi caso, viví muchísimas relaciones en las que por mucha atracción física e intelectual que pudiera existir, terminaban al momento de enfrentarse con la dinámica de sacrificios que exigen los objetivos deportivos.

En los múltiples momentos de mi vida donde por razones de estudios y trabajo me vi obligado a dejar el deporte formalmente por algunos años, era clásico que al iniciar una relación en esta etapa, la misma terminaba en el momento de regresar al modo atleta. Sin embargo, descubrí que cambiando el proceso de selección aumentaba enormemente las probabilidades de una relación más duradera.

Las principales herramientas que me ayudaron y que pueden funcionarles son: primero que nada distinguir los rasgos de una relación por cariño y amor verdadero de otro tipo de atracción enfermiza o superficial.

Segundo buscar parejas que tengan un pasatiempo o pasión aparte de sus actividades laborales o profesionales. De esta forma ambos pueden compartir esos espacios personales y de apoyarse mutuamente, pues la relación solo se fortalece en la comprensión. Otro tema que puede apoyar enormente es iniciar a practicar el deporte en pareja, hay mucha información que valida que las parejas que se ejercitan juntas permanecen juntas. Aquí les dejo un blog que escribí sobre ese tema:

Sean felices, vivan relaciones sentimentales que sumen, que los hagan crecer mental, física y espiritualmente. Si somos exitosos en este sentido el mundo cambiará para bien y la humanidad tiene alguna esperanza de trascender.

Les dejo por último esta frase del eterno Victor Hugo: "Los que padecéis porque amaís: amad más todavía; morir de amor es vivir".

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