¿Has recibido un regalo de alguien muy especial que has deseado conservar? Con esta intención Pedro Rosales inició su emprendimiento, era un ramo de flores que le regalaron y fue un gesto tan especial que lo guardó por dos años, pero después de un tiempo tuvo que botarlas.
Por lo tanto, decidió encontrar una forma de conservar las plantas, para guardar esos detalles que son tan significativos y que al mismo tiempo le permitiera combinar su pasión por el arte.
Botánika ofrece a sus clientes un detalle emocional y artístico. La parte emotiva es por las historias que hay detrás de cada arreglo y pedido, con las que los artesanos se inspiran para crear un boceto con pétalos de flores.
Pedro es mercadólogo, pero antes había estudiado seis meses artes visuales en la Universidad de San Carlos de Guatemala (Usac). Gracias al apoyo de una amiga y con videos tutoriales aprendió a cómo conservar las plantas con su color natural.
Debido al tiempo que se requiere para el proceso de perseverar las plantas con su color natural, Pedro recomienda a sus clientes que realicen sus pedidos cuatro semanas de anticipación si desean que sus cuadros estén listos para una fecha en especial.
Botánika entrega productos totalmente orgánicos, desde el marco hasta las obras dentro de ellas con pétalos de flores naturales. Los pedidos pueden realizarlos en su página de Instagram.
Arte inspirado en historias conmovedoras
Pedro recalca que la parte emocional es muy importante para Botánika, ya que hay clientes que entregan flores que han guardado por años, ya sea porque les gustaron o son un regalo de un ser querido.
"Se debe tener sensibilidad porque nos han llegado historias muy fuertes, en una ocasión, una clienta quería un cuadro para recordar a sus abuelitos, pues ellos siempre le regalaban flores y ella guardó tres hojas de esos arreglos y quería enmarcarlas", detalló Rosales.
Brindando una oportunidad laboral
Desde antes de iniciar con Botánika, Pedro tuvo la idea de generar empleo a las personas que viven en lugares con poco acceso.
A través de su negocio ha brindado talleres para enseñar sobre el proceso de conservación y el arte para ser los recuadros que se venden en Botánika.
El primer taller de artesanos lo llevó a cabo en Atitlán en San Marcos La Laguna, el que duró tres meses. De esta primera capacitación dos hermanas continúan trabajando en Botánika.
La aspiración de Pedro es seguir capacitando y generando empleo para más personas y pronto llegar a tener un punto físico donde exhibir los cuadros.
