Hace poco se entregó la 87 edición de los premios de la Academia, los Oscar, y no olvido el momento en que Patricia Arquette habló de la igualdad de derechos y salarios para las mujeres con las siguientes palabras: "A todas las mujeres que han dado a luz y pagan sus impuestos, ha llegado el momento de tener el mismo salario (que los hombres) y los mismos derechos para las mujeres en Estados Unidos".
Algunos señalaron el discurso de feminista y otros -como yo- simplemente pensamos dentro de nosotras mismas “ya era hora que alguien se lo recordara”. Hoy traigo de vuelta el discurso, luego de celebrar el Día de la Mujer, pensando que aún en pleno siglo XXI, seguimos luchando por el reconocimiento de nuestro género.
Muchos, y en la mayoría hombres, se preguntan por qué se celebra el día de la mujer tan destacada y protagónicamente. Haciendo un poco de reflexión pienso que las razones son muchas, algunas de peso social, otras político, otras cultural e incluso emocional.
“El Día Internacional de la Mujer, originalmente llamado Día Internacional de la Mujer Trabajadora, se celebra el 8 de marzo y está reconocido por la Organización de las Naciones Unidas, ONU. En este día se conmemora la lucha de la mujer por su participación, en pie de igualdad con el hombre, en la sociedad y en su desarrollo integro como persona.” dicen las líneas de Wikipedia, la definición o más bien razón para resaltar este día es porque la mujer por años, décadas e incluso siglos, aún sigue buscando ser escuchada, tratada con dignidad, respetada y tomada en cuenta equitativamente como parte activa y vital de la sociedad, que más que ser una figura o contraparte del sexo masculino, es un ser humano con cualidades trascendentales en la historia de la humanidad.
Hoy por hoy la voz femenina crece, prevalece y se siente con más intensidad, hemos hecho valer nuestros derechos y hemos hablado con más fuerza gracias a la unión del sexo femenino alrededor del mundo. Hemos visto profesionales destacadas, científicas, deportistas, artistas, costureras, cocineras, maestras… y su participación es cada vez más activa en política y movimientos sociales o culturales alrededor del mundo, lo triste es saber que en muchas multinacionales una mujer goza de menos privilegios económicos y profesionales que un hombre que labora en la misma.
Ser mujer es un título personal para “Ellas” (nosotras), para que lo llevemos con orgullo y con la frente en alto a donde quiera que vayamos. Ser mujer es más que preparar la comida, limpiar la casa, doblar ropa, cambiar pañales, llevar chanclas o tacones, falda o pantalón, maquillaje, perfume con toque floral, ser delgada o gorda, alta o baja; ser mujer es tener el poder y la capacidad de transmitir vida y gestar por 9 meses un ser humano en el vientre, ser mujer implica transmitir valores para la sociedad desde el seno del hogar a través de nuestros hijos, es hacer respetar nuestro cuerpo por las cualidades que tenemos a diferencia de las masculinas. Implica poner límites y hacernos respetar por la sociedad que comercializa y explota nuestro cuerpo por placeres hedonistas, o por la violencia física que algunas sufren dentro o fuera de la familia. Ser mujer es un rol excepcional, único e irrepetible al 100%, mujer se es desde la concepción, implícito en el DNA; dejando fuera todo intento de imitación que intente ser como nosotras.
Para mí ser mujer es un don especial, algunas veces mágico porque tenemos habilidades o superpoderes para curar un “cuco” cantando el “sana sana colita de rana”, porque con escuchar a otra mujer la estamos validando, porque con un abrazo sanamos el alma de quien lo recibe. Ser mujer me da el derecho de opinar como “Ella” que soy, permitiéndome poner mi voz cerca de más mujeres que comparten los mismos intereses femeninos que yo, y como tengo dos hijas mujeres, estoy en la dura tarea de enseñarles que en la vida somos la suma de nuestras decisiones, anhelos, convicciones, y que todos estos son la consecuencia de qué tanto hagamos valer nuestra posición como “Ellas”, y que así también deben saber elegir, que cuando de una pareja se trata, deberá ser ese hombre que respete, acepte y valore las cualidades que tenemos por ser mujeres.
Y por si existiera la duda, así como para las mujeres, hay un día dedicado al hombre que se celebra el 19 de noviembre alrededor del mundo para festejar y recordar los valores de su masculinidad.
