El azul maya es un tono que cambió la historia del arte, nunca se desvanece, es resistente a la luz y tiene grandes propiedades, fue usado por las culturas mesoamericanas y es un gran aporte al mundo.
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Su color intenso no se altera, soporta la biocorrosión y no se decolora al calor ni con solventes orgánicos, los murales mayas descubiertos con él toleraron la humedad durante miles de años y es considerado como el primer pigmento orgánico estable.
Hay tres tonos: azul turquesa, azul verdoso y el claro oscuro, las diferencias son atribuidas por los estudiosos como intencionales o accidentales en el proceso de fabricación.
Fue un color ceremonial, de gran importancia para los sacerdotes por ello forma parte de los murales que cuentan la cosmovisión maya.
Con este color se cubría a las víctimas de sacrificios y se pintaban los altares. Se considera más sutil que los colores europeos y es imposible de remover, además es estable y no se altera o varía con los cambios.
Antes de la conquista era raro ver azul en las obras, pues en Europa el color provenía de la piedra semipreciosa llamada lapislázuli, proveniente de Afganistán y costaba su peso en oro.
Durante la colonización los europeos explotaron los materiales americanos como la cochinilla que da un color rojo y el añil, del azul, debido a que representaban la riqueza del impero maya fueron símbolo de los saqueos.
¿De dónde viene el color azul maya?
Fue creado a partir de la planta del añil, disponible en la región, se usó para tintes. En 1960 se descubrió el motivo de la resistencia de este azul, una arcilla llamada atapulguita que mezclaban con la planta.
Fueron los pintores de América quienes explotaron este azul en sus obras, aportando tonos vibrantes de amarillos, verdes, rojos y por supuesto el azul como fuentes de luz.
MIRA EL AZUL MAYA:
Obras de la colonia donde se usó azul maya: