El 8 de Junio de 1988, a las 10 y media de la mañana, estaba yo en mi trabajo cuando me avisaron que saliera al patio porque algo muy raro estaba ocurriendo en el cielo. Extrañado, salí junto con mis compañeros de oficina, Ariel Acuña y Héctor Belloso, y miramos para arriba. ¡Oh, sorpresa! ¡Quedamos sorprendidos!
Efectivamente, en el cielo estaba pasando algo fuera de lo normal. Había un gran círculo alrededor del sol, cuya orilla tenía los colores del arco iris y dentro del círculo estaba oscuro, un gris oscuro en la parte que rodeaba al sol. Pero no sólo había uno, sino varios.. Un círculo luminoso intersectaba el sol y al otro círculo que tenía un arco iris, pero rodeando a ambos había otro círculo gigantesco que los englobaba (ver ilustración).
Fue muy, pero muy impresionante. Asustaba un poco. Mis compañeros decían “señales en el cielo, desgracias en la tierra, eso está escrito en la Biblia”. De repente alguien preguntó, -“¿Qué es eso Edgar? ¿Es un eclipse?”. Yo sabía que no era un eclipse pero ¡no sabía qué era! En 1988 yo nunca había visto un halo solar en mi vida y no sabía qué decir.
Fue tan impresionante que al entrar en la oficina lo dibujé y pinte con unos crayones que había en un escritorio y es el dibujo que se ve en la ilustración. Al consultar con personas de mayor experiencia, me explicaron que se trataba de un halo solar. Fue Roberto Caballeros, fundador del Astroclub, el primer club de astronomía que hubo en Guatemala, quien me explicó que se trataba de un fenómeno de refracción de la luz solar.
A veces hay condiciones de mucha humedad en la atmósfera, lo cual forma cristalitos de hielo en las nubes que están a unos 12 mil metros de altura y cuando la luz solar pasa a través de ellos, actúan como prismas produciendo un arco iris de 360 grados, el cual se proyecta sobre nubes más bajas.
Generalmente la orilla de este círculo presenta colores rojos, verdes, amarillos y a veces todos los colores del arco iris. Desde abajo, nosotros lo vemos como un círculo alrededor del Sol. Que causa cierto temor, no lo puedo negar, pero en realidad es un fenómeno inofensivo.
Los Halos Solares son fenómenos naturales y se dan en época de cielos nublados, generalmente en los meses de mayo a octubre. Estos fenómenos no implican ningún peligro. Tampoco son augurios de cosas malas ni buenas: simplemente son consecuencias de la refracción de la luz solar.
Por mucho tiempo se creyó en Guatemala, que los halos solares eran un fenómeno muy raro, poco usual, hasta que Sergio Montúfar, estudiante del diplomado en astronomía de la universidad Galileo, se dio a la tarea de monitorear halos solares durante una temporada de cielo nublado completa y logró recolectar 31. Esto descartó la idea de que eran fenómenos muy poco frecuentes y confirmó, al contrario, que se trata de un fenómeno frecuente, lo que pasa es que no es reportado muchas veces porque ocurre al mediodía y casi nadie está viendo para arriba, por el sol. A continuación una muestra de los halos solares capturados por Sergio Montúfar.
Entre los halos solares hay variedades, puede haber simples, que son solo un círculo alrededor del sol, como se muestran en varias de estas fotografías. Pero también puede haber complejos, donde hay más de un círculo intersectándose y formando figuras más complicadas eso depende de la distribución de los cristalitos de hielo en la atmósfera.
Como sus condiciones dependen de varios factores no se pueden predecir como un eclipse, así que se forman y uno nunca sabe cuándo lo harán con anticipación. La observación de halos solares implica la conjunción de dos ciencias, que son la astronomía y la meteorología. La astronomía porque es el astro rey, el sol, el que la produce con sus rayos y la meteorología porque el fenómeno se produce gracias a la condensación de partículas de vapor de agua y tiene lugar en la atmósfera terrestre.
Para tomarle fotografías lo usual es tapar el sol con un árbol, un foco del alumbrado público o un techo y destacar el medio círculo o el círculo que queda expuesto. Este fenómeno da lugar a un tipo de astronomía que se lama “astronomía de día” y que podemos practicar en épocas de cielos nublados. Una anotación que deseo hacer es que en algunas fotografías se ve un punto brillante cerca del sol. Esto no es un ovni, es un reflejo del sol en la cámara y se repite en muchas muestras.
Ya estamos en la época propicia para observar halos solares, así que quizá usted o yo podamos captar uno mañana. Estemos atentos.
