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Así fue la "tormentosa" historia de amor de Isabel II y Felipe de Edimburgo

  • Con información de Infobae
09 de septiembre de 2022, 09:23
Esta historia estuvo llena de infidelidades. (Foto: Oficial)

Esta historia estuvo llena de infidelidades. (Foto: Oficial)

Isabel II y Felipe de Edimburgo vivieron un amor contra viento y marea, lleno de presiones e infidelidades. Esta fue su historia. 

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Felipe era hijo del príncipe Andrés de Grecia y Dinamarca y la princesa Alicia de Battenberg, miembro de la casa real griega por nacimiento, pero la guerra greco-turca 1919-1922) fue dura para Grecia y los turcos obtuvieron victorias, el 22 de septiembre de 1922, el tío de Felipe, el rey Constantino I de Grecia, fue obligado a abdicar y el nuevo gobierno militar arrestó al príncipe Andrés.

El comandante del ejército, el general Georgios Hatzanestis y cinco políticos de alto rango fueron ejecutados, se creía que la vida del príncipe Andrés estaba en peligro y Alicia estaba bajo vigilancia, luego un tribunal revolucionario desterró al príncipe Andrés de Grecia de por vida, se evacuó a la familia del príncipe Andrés junto con Felipe, quien fue llevado en una cuna hecha con una caja de frutas.

La familia de Felipe se fue a Francia y se estableció en el suburbio parisino de Saint-Cloud, en una casa prestada por su adinerada tía, la princesa Marie Bonaparte.

Cuando Felipe tenía siete años su familia se mudó al Reino Unido y fue educado en Inglaterra y Alemania, asesorado por su tío, lord Luis Mountbatten, solicitó la nacionalidad británica y adoptó el apellido materno (Battenberg —en alemán, significa "montaña (de) Batten", pero traducido al inglés, Mountbatten), para servir en la Marina Real del Reino Unido, donde alcanzó el grado de teniente y así ascender en su camino hacia un matrimonio noble.

Isabel y Felipe se conocieron cuando ella era una niña y el adolescente, pronto él se convirtió en cadete de la Armada Real Británica, por su parte ella tenía mucha seguridad y era heredera al trono de una de las naciones más poderosas. 

La adolescente acompañaba a su padre el rey Jorge VI junto a su hermana Margarita en una visita a la Universidad Naval Real cuando se volvieron a ver y debido a un brote de sarampión para evitar que se contagiara, decidió que sus hijas se quedaran al aire libre, ordenando aun cadete que las acompañara y apareció Felipe.

(Foto; Oficial)
(Foto; Oficial)

Cuando estalló la Guerra Mundial se le pidió a la reina madre que ella y sus hijas se refugiaran en Canadá, sin embargo, se negó para acompañar a su esposo, mientras tanto Felipe participaba y durante ese tiempo se escribieron cartas hasta que las complementaron con visitas, cuando a Felipe le otorgaban unos días de descanso pasaba en el Palacio de Windsor, aunque el rey Jorge VI y la reina Elizabeth no le hablaban.

Desde ese entonces Isabel se enamoró perdidamente, aunque el tío de Felipe insistía en la unión, el monarca era más cauto "Mi hija es demasiado joven. Si va a pasar, hay que dejar que sea de forma natural”, aunque Isabel tuvo varios pretendientes, su corazón era de Felipe. 

Al ver a su hija, el rey tuvo que aceptar la relación a regañadientes pero con tres condiciones: Felipe tuvo que dejar sus títulos de nacimiento (como príncipe de Grecia y Dinamarca) para ser un ciudadano británico y le otorgaron el título de Duque de Edimburgo, conde de Merioneth y barón de Greenwich, lo segundo era cambiar su religión ortodoxa por la anglicana y debió adoptar el apellido inglés de la familia de su madre: Mountbatten, como extra y una promesa a su prometida tuvo que dejar de fumar antes de casarse.  

(Foto: oficial)
(Foto: oficial)

El día de la boda

Se casaron el 20 de noviembre de 1947, la primera boda tras el fin de la Segunda Guerra Mundial (dos años después) como regalo de boda le dio un brazalete de diamantes diseñado por él. 

El vestido de Isabel fue realizado por 25 costureras y 10 bordadoras y para dar el ejemplo pagó una parte con cupones de racionamiento, Felipe vistió su uniforme naval. Esta fue la primera boda transmitida a todo el mundo.

Un año después nació su primogénito Carlos, poco a poco Felipe sacó su verdadera personalidad, se dice que tenía mal carácter, durante una sesión fotográfica dijo: ¿Es qué todavía no es suficiente?”.

Isabel contestó: “Felipe, solo están haciendo su trabajo, ahora que te casaste conmigo tendrás que acostumbrarte”.

En 1952 la princesa se transformó en reina y su esposo en príncipe consorte, allí fue cuando él descubrió que mientras ella reinaría él se limitaría a acompañar a la monarca. 

La gota que derramó el vaso ocurrió cuando se enteró que sus hijos Carlos y Margarita llevarían el apellido de su madre, "Windsor", pero no el Mounbatten. “No soy más que una maldita ameba. Soy el único hombre en el país al que no se le permite darles su nombre a sus hijos”, contestó. 

Comienzan las infidelidades

Fue ahí cuando decidió hacer un viaje y se rumoró que lo realizó con sus amantes, en la lista estuvo Daphne du Maurier, esposa de un trabajador de la oficina de Felipe, Hélène Cordet, madre de uno de sus ahijados y Pat Kikwood, una estrella musical, también estuvo con Zsa Zsa Gabor e incluso con Susan Barrantes, madre de Sarah Ferguson, quien años después sería su nuera, también estuvo con la aristócrata argentina Malena Nelson de Blaquier y con la princesa Alexandra de Kent, prima hermana de Isabel II. 

Se dice que Isabel siempre supo de las infidelidades de él, pero fue práctica diciendo que "los hombres tienen ciertas necesidades y eso no significa que quieran menos a sus esposas". 

Cuando nació Andrés y Eduardo la reina ordenó que llevaran el apellido de Felipe, quien siempre dijo que "cuidar a la reina y hacerle su vida más fácil", era su trabajo. 

 

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