La conmovedora historia de amistad entre una jirafa bebé y un perro pasó de la ternura a la tristeza luego que la cría falleciera recientemente en un santuario de Sudáfrica.
La jirafa Jazz sufrió una hemorragia cerebral, según lo dio a conocer el centro de rescate The Rhino en un mensaje en redes sociales.
“Los últimos dos días antes que la perdiéramos, Jazz lucía inestable sobre sus patas y desorientada, como si no captara nada. De pronto se derrumbó y vimos como se acumulaba sangre en su ojos”, explica el conmovedor mensaje.

El perro guardián Hunter, aparentemente consciente de que algo andaba mal, se mantuvo junto a la jirafa y estuvo allí cuando murió, dijo el orfanato. El perro permaneció frente a la sala vacía antes de ir a buscar consuelo con sus cuidadores.
La gente lo había previsto, al suponer que la madre había abandonado a la cría por alguna razón, dijo Anne Deventer, la fundadora del orfanato.

“Finalmente sabemos que Jazz no tuvo una mala madre que lo abandonó. Ella lo sabía, pero tenemos que esforzarnos cada vez, por duro que sea'', apunta el comunicado.
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*Con información de Clarín