Principales Indicadores Económicos

¿Qué dice la letra de nuestra personalidad?

  • Por Soy502
02 de agosto de 2016, 07:16

La grafología es un arte y casi una ciencia que estudia la escritura como medio para conocer la personalidad, el carácter, las habilidades, las debilidades y demás características de las personas. La manera en la que trazamos las letras, las cerramos, la inclinación e incluso la velocidad, pueden dar pistas de cómo somos.

A través de la grafología se pueden detectar más de 5 mil personalidades distintas, incluso ayudar al diagnóstico y seguimiento de enfermedades como la esquizofrenia, el Alzheimer o el Párkinson.

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A continuación 11 pistas para descifrar qué es lo que dice de ti tu letra.

El tamaño de las letras:

Letra pequeña: Somos tímidos e introvertidos. Somos aplicados, meticulosos y nos concentramos en lo que hacemos.

Letra mediana: Somos equilibrados y adaptables.

Letra grande: Somos extrovertidos y francos; nos gusta estar con la gente y la atención.

El espaciado entre palabras:

Mucho espacio: Nos gusta la libertad y no nos entusiasman los agobios, ni las multitudes ni los lugares abarrotados.

Poco espacio: No nos llevamos bien con la soledad y tendemos a estar con mucha gente y quizá seamos un poco indiscretos.

La inclinación de las letras:

Rectas: No dejamos que nuestras emociones nos ganen y tendemos a ser lógicos y prácticos.

Inclinadas hacia la derecha: Estamos abiertos a nuevas experiencias y nos gusta conocer gente nueva.

Inclinadas hacia la izquierda: Preferimos guardarnos las cosas para nosotros mismos y por lo general nos gusta trabajar “tras las cámaras”. Si somos diestros e inclinamos la letra a la izquierda, puede que estemos expresando rebeldía.

La forma de las letras

Letras redondeadas: Somos creativos y artísticos.

Letras puntiagudas: Somos más agresivos, intensos y muy inteligentes y curiosos.

Letras unidas: Somos lógicos, metódicos y solemos tomar las decisiones con cuidado.

La vuelta de las letras (la “l” o la “e”)

Vuelta estrecha en la letra L: Puede que nos estemos poniendo límites o restricciones a nosotros mismos, lo que nos podría llevar a sentimientos de tensión.

Vuelta ancha en la letra L: Estamos relajados y somos espontáneos. Nos solemos expresar con facilidad.

Vuelta estrecha en la letra e: Tendemos a ser escépticos hacia los demás y no tendemos a movernos o dejarnos influenciar por las emociones de los otros.

Vuelta ancha en la letra e: Solemos tener la mente abierta y nos gusta probar experiencias nuevas.

La forma en la que puntúas las íes

Muy arriba de la letra: Tenemos una gran imaginación.

Hacia la izquierda de la letra: Tendemos a dejar las tareas para más tarde.

Justo sobre la letra: Cuidamos los detalles, somos organizados y empáticos en lo que decimos o hacemos.

El punto es un círculo: Somos visionarios y un poco infantiles.

El punto es una raya (parecido a una tilde): Somos excesivamente autocríticos, no tenemos mucha paciencia con la ineptitud o la gente que no aprende de sus errores.

Las eses minúsculas

Redondas: Nos gusta complacer a la gente y evitamos la confrontación.

Puntiagudas: Nos gusta aprender cosas nuevas y somos curiosos y ambiciosos. Cuanto más inalcanzable o difícil sea el objetivo, más ambiciosos somos.

Anchas en la base: En nuestras carreras o en otras actividades, es posible que estemos siguiendo lo que nos manda el corazón.

Las oes cerradas o sin cerrar

Oes cerradas: Somos reservados y solemos ser reacios a compartir nuestros sentimientos. Introvertidos.

Oes sin cerrar: Somos habladores y sociables, capaces de expresar nuestros sentimientos y tenemos pocos secretos.

Cómo cerramos la T

En la punta: Somos ambiciosos, optimistas y tenemos una alta autoestima.

Justo en medio: Somos seguros de nosotros mismos y nos solemos sentir bien en general con nuestra forma de ser.

Con una línea larga: Somos resueltos y entusiastas. Sin embargo, tendemos a la cabezonería y nos cuesta perdonar y olvidarnos de las cosas.

Con una línea corta: Tendemos a ser vagos y nos falta determinación.

La velocidad

Rápido: Solemos ser impacientes, no nos gustan los retrasos o malgastar tiempo.

Despacio: Solemos ser más organizados, metódicos y confiamos en nosotros mismos.

La presión

Presión fuerte: Se suelen dar bien los compromisos y tomarnos las cosas seriamente. Si la presión es excesivamente fuerte, tendemos a ser secos en carácter y podemos reaccionar rápidamente a las críticas.

Presión suave: Somos sensibles y mostramos empatía hacia la gente, pero también, a veces, tenemos falta de energía y vitalidad.

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*Con información de Cultura Inquieta

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