Héctor Armando Alfaro, un joven de origen mexicano, se armó de valor para emprender un viaje hasta Argentina con el fin de recorrer el mundo.
El hombre de 24 años trabajaba en una importante corporación en su país y había logrado un alto puesto, pero sentía que algo faltaba en su vida. Por ese motivo dejó la comodidad de su cargo, casa, carro y ciudad para emprender un viaje que lo lleve por Latinoamérica.
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“Empecé a viajar hace tres años por la república de México y hace cuatro días entré a Guatemala. Voy para Argentina y ando pidiendo jalón para llegar a mi destino”, cuenta el viajero que llegó al volcán Chicabal para conocer la laguna que está en el cráter del coloso ubicado en San Martín Sacatepéquez, Quetzaltenango.
Héctor ingresó por la frontera con Petén y pudo conocer la isla de Flores. También estuvo en Antigua Guatemala, donde espera regresar para escalar el volcán Acatenango.
“Me han gustado los paisajes y la gente se ha portado muy amable conmigo, es todo lo contrario a lo que se escucha por el camino que venía”, detalla.
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Al ingresar a nuestro país, el joven traía 500 pesos mexicanos y se sintió impotente al hacer el cambio a quetzales, pues recibió menos de 200. Esa cantidad apenas le servía para pagar un bus que lo llevara a la ciudad de Guatemala.
Alfaro se siente muy afortunado porque ha encontrado a personas que lo han ayudado para continuar con su travesía. A veces va por las ciudades y les pide a quienes se encuentra un poco de dinero, un vaso de agua o un aventón para lograr su meta.
De subir el volcán Acatenango, el mochilero partirá hacia El Salvador y luego continuará su ruta por el resto de países de Centro y Sudamérica.
SU RELATO...
“Nada más les pido que si me ven o ven a otros mochileros, que nos ayuden para conseguir nuestros objetivos. Con un vasito de agua, crean que lo hacen sentir bien a uno”, puntualiza.