El Presidente Jimmy Morales —apoyado por gente sin escrúpulos— se pasa desaprobando la lucha contra la corrupción emprendida por el jefe de la CICIG, Iván Velásquez. Con esto busca desviar la atención ciudadana de la irresponsabilidad y falta de transparencia con la que se manejan las instituciones del Estado.
Al hacerlo, el Presidente falta a la ética del servicio público pues no se responsabiliza por su gestión y no representa el sentir de la mayoría de guatemaltecos. Esta situación genera desconfianza y no deja bien visto a nuestro país ante la comunidad internacional.
En agosto de 2017, el Presidente Morales declaró non grato al jefe de la CICIG y lo expulsó del país para desviar la atención del pueblo de las acusaciones en su contra por presunto financiamiento electoral ilícito. No actuó con ética pues no representó a los ciudadanos, quienes en su mayoría sí aprueban la labor del Comisionado al frente de la CICIG.
El mandatario está de nuevo en el ojo del huracán. Esta vez no es por los 450 mil quetzales de sobresueldo que recibió del Ministerio de la Defensa y que la Contraloría declaró ilegal. Ahora, entre otras cosas, es por los más de 300 mil quetzales que la SAAS gastó en 2017 para comprarle artículos personales y por los 29 mil quetzales diarios que gastaron en comida para él, su familia y el personal de la SAAS.
En lugar de hacerse responsable por el uso dispendioso del dinero del pueblo durante su gestión, el Presidente de nuevo busca desviar la atención pública hacia el jefe de la CICIG. Esta vez lo hace por medio de sus allegados quienes afirman que el Comisionado Velásquez se ha extralimitado en sus funciones y que la CICIG no solo ha violando la presunción de inocencia sino también ha hecho un uso excesivo de la prisión preventiva.
La desaprobación del Presidente de la labor del Comisionado no le transmite confianza a la ciudadanía, pues la mayoría percibimos que el Presidente se opone a la lucha contra la corrupción.
La reprobación del Presidente de Iván Velásquez y su labor al frente de CICIG tampoco deja bien vista a Guatemala ante los países que le apoyan y que en repetidas ocasiones han aplaudido y confirmado su apoyo, tanto al fiscal colombiano como a CICIG.
Exijamos al Presidente que actúe con ética responsabilizándose por su gestión y representando nuestro sentir ciudadano con respecto a la lucha contra la corrupción emprendida por el jefe de la CICIG.
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