Mario David, el niño hondureño (12 años) parte de la caravana del emigrante, luego de ser capturado y llevado a un albergue mexicano y deportado a su país. Se escapó para perseguir el sueño americano.
Ayer, sábado se escapó del albergue donde lo tenía recluido el gobierno e incluso dio declaraciones a periodistas: "Yo estoy triste porque me dicen que me pueden agarrar otra vez y me pueden llevar”.
Mario David indicó que se escapó la noche del viernes pasado de un hogar a donde estaba interno luego de ser deportado el pasado 25 de octubre. 9 días estuvo aislado en el hogar estatal de la Dirección Nacional de la Niñez, Adolescencia y la Familia (DINAF).
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Cuando Mario retornó a su país, no fue devuelto inmediatamente a sus padres hasta que estos demostraran sus condiciones de vida, según indicó la primera dama, Ana García de Hernández, también dijo que el gobierno lo apoyaría para reinsertarse en el sistema escolar.
"Yo me siento feliz en mi casa, que no me vuelvan a agarrar", demandó el menor ante medios, y pidió públicamente al presidente Hernández que le diera una "casita y una beca para estudiar" para poder cumplir su sueño de ser ingeniero.
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Sin embargo, el sueño americano es más poderoso que cualquier promesa de su país, que incluso el ya haber vivido una captura y un éxodo masivo donde las incomodidades y los peligros están a la orden del día.
José Mario Castellanos, padre del niño, dijo el viernes en una entrevista a la AFP que estaba haciendo gestiones para que le devolvieran a su hijo, pero las autoridades se negaban. Denunció también que temía no volver a ver su hijo, como pasó con otra niña que hace cuatro años se la fueron a quitar empleados del entonces Instituto de la Niñez y la Familia y no volvió a saber de ella.
*Con información de AFP
