En medio de los preparativos de fin de año, Coca-Cola impulsa una iniciativa que busca recordar a los guatemaltecos que la esencia de la Navidad no se encuentra en la perfección, sino en los momentos compartidos.
Como parte de esta propuesta, y en alianza con Soy502, se realizó una dinámica en la que un grupo de jóvenes se reunió semanas antes de la Navidad para hacer coreografías con villancicos, en una época donde las agendas se llenan de actividades y las familias comienzan a organizarse para la temporada.
Lo que inició como un ensayo sencillo pronto se transformó en una escena característica de estas fechas: alguien olvida los pasos, otro entra tarde y alguno más solo disfruta del momento. El resultado son risas y complicidad que terminan opacando cualquier intento de orden o precisión.
Entre ensayos y momentos espontáneos, acompañados por pausas refrescantes con Coca-Cola, la convivencia entre los jóvenes se convierte en un recordatorio de que la celebración no comienza el 24 de diciembre, sino que se construye en cada encuentro previo lleno de imperfecciones y espontaneidad.
Con este enfoque, Coca-Cola participará en las actividades de fin de año en Ciudad de Cayalá con dos presencias principales: el árbol de Navidad instalado en la Plaza Central y la tradicional actividad de globos gigantes, uno de los momentos más esperados por los visitantes.
De forma paralela, la marca impulsará acciones ligadas al calendario previo al 24 de diciembre, resaltando la importancia de los días que anteceden a la Navidad. Entre ellas se incluyen dinámicas digitales, contenido temático y activaciones destinadas a fortalecer su presencia como un elemento tradicional de la temporada.
También se contemplan actividades como encendidos de árboles, caravanas y activaciones en espacios públicos. Si quieres enterarte de todas sus actividades y su presencia en el país, Coca-Cola te invita a buscarlos en sus redes sociales.
El mensaje que resume la campaña mantiene el espíritu del proyecto: la magia de la Navidad no depende de cantar perfecto, decorar sin errores o cumplir cada plan al pie de la letra, sino de compartir momentos con quienes los hacen significativos.
