Este lunes 20 de febrero, los establecimientos públicos retomarán las clases presenciales en condiciones deplorables.
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Vidrios quebrados, goteras, escritorios en mal estado, matorrales, remozamientos sin terminar y salones sin maestros, son las condiciones en que miles de niños, adolescentes y jóvenes retornarán a clases presenciales este lunes 20 de febrero, fecha en que dará inicio el Ciclo Escolar 2023.
El abandono es evidente y no fue necesario viajar al interior del país. Las autoridades desaprovecharon la oportunidad de tener salones vacíos por la pandemia y los centros educativos fueron descuidados y así se evidencia en un recorrido que realizó Soy502 en diferentes escuelas e institutos de la ciudad.
Uno de ellos fue el Instituto Nacional de Educación Básica (INEB) Justo Rufino Barrios, ubicado en la zona 21, en donde el deterioro y falta de mantenimiento es evidente. Hay matorrales que alcanzan casi los dos metros de altura que se localizan a la par de las aulas de clase y pasillos.
"Preocupa porque pueden haber animales como alacranes, arañas y hasta culebras que ponen en riesgo la seguridad de los jóvenes... El problema es que por asear el área cobran 7 mil quetzales y no tenemos presupuesto para ello, además, nos han prohibido pedirle apoyo a los padres o a los estudiantes ¿Qué vamos a hacer? No sé", lamentó Silvia Briones, directora del establecimiento educativo.
El área deportiva estaba en las mismas condiciones, pero la directora, junto con personal administrativo como las secretarias se dieron a la tarea de limpiar y arrancar todo el monte que se creció en las canchas de básquet y de fútbol para los estudiantes. "Los jóvenes tienen derecho a encontrar áreas en buen estado", justificó.
Este no el único problema. El Instituto tiene grietas en techos de varios salones que vislumbran un futuro desgarrador para los estudiantes y maestros cuando empiece la época de lluvia. "Es un desastre y no es nuevo. Hemos pedido en varias oportunidades que se arreglen los techos que tienen más de 30 años, pero siempre nos encontramos con negativa. Mientras tanto, tenemos cataratas dentro de las aulas", narró con frustración la directora del JRB.
Incluso, el detrimento se evidencia en las paredes, las cuales han creado moho que han dañado la infraestructura y muestra lo perjudicial de la falta de mantenimiento y remoción causada tras el paso de los años.
Por si fuera poco, hay ventanales rotos en la mayoría de las aulas, al extremo que en alguna han utilizado el ingenio para cubrirlas con paletas de escritorios que ya no sirven, pero que sí provocan el ingreso de ruido que causa distracciones, de frío y de agua cuando llueve.
El abandono es tan grande en los centros educativos que el óxido y la falta de pintura en las paredes es desgarrador. Las puertas están destrozadas, las paredes manchadas, incluso, se pudo observar "pintas" de hace más de 10 años. Mientras que las puertas datan desde la construcción del Instituto, el cual tiene más de 40 años.
A pesar de que hay recursos económicos para remociones, éste no alcanza porque las necesidades son demasiadas y, no se puede utilizar en lo inmediato, debe gastarse según la orden del Ministerio de Educación (Mineduc), de lo contrario, las autoridades estudiantiles se pueden enfrentar hasta a procesos jurídicos.
Ese es el caso de Briones, quien el año pasado decidió invertir en arreglar daños necesarios. Ahora está amenazada con devolver el dinero, de lo contrario podría ir a la cárcel, según le dijeron las autoridades del Mineduc. "¿De dónde voy a sacar 40 mil quetzales de mi bolsa? Mi salario no alcanza y lo único que hice fue invertir el presupuesto en lo que consideré más urgentes", lamentó.
En la zona 1
La situación no es única, lo mismo ocurre en otros centros educativos. Tal es el caso del Instituto Normal Mixto Rafael Aqueche, ubicado en la zona 1. Pese a estar localizado en un área céntrica, a su historia y al hecho que la actual ministra de Educación, Claudia Ruiz, fue directora de ese establecimiento y conoce las necesidades, las condiciones del lugar son lamentables.
Según la directora actual del lugar, Eva Ramírez, durante los años de pandemia se aprovechó para cambiar los baños. Se puso piso, sanitarios y azulejos nuevos, así como los lavamanos y bebederos de agua en pasillos
Sin embargo este, a pesar de ser necesario, no era su mayor problema, ya que los techos tienen grandes grietas que provocan que los salones y pasillos del tercer nivel se inunden en época de lluvia.
"No es nuevo, todos los años pasa lo mismo y aunque han echado impermeabilizante, no le dan mantenimiento, por lo que se deteriora y el problema cada vez se más grande", lamentó Julio Ajín, uno de los encargados del mantenimiento del lugar.
"Las goteras son tan grandes que parecen cataratas", narraron trabajadores del lugar. Y han llegado a causar daño en gran cantidad de libros de la biblioteca del Instituto, con el agravante que todos están inventariados y podrían poner en serios problemas legales a los encargados.
"Hemos tenido que colocar cajas plásticas para contener el agua, pero las paredes están húmedas y deterioran los libros, así que los tenemos en cajas. El Mineduc conoce el problema, más la ministra Ruiz, quien fue directora aquí. Lo que han hecho es mandarnos nuevo material, pero inservible, porque son libros en inglés, revistas de moda y hasta recetarios de cocina", detallaron empleados del lugar.
Pocos establecimientos cuentan con gimnasio. Uno de ellos es el Aqueche, pero como si no lo tuviera, ya que está en pésimas condiciones y el equipo deportivo es una chatarra. Tiene años sin mantenimiento, al extremo que el tablero de baloncesto es del tiempo del programa de Cohesión Social de la administración de Álvaro Colom, es decir, tiene 15 años.
Cementerio de escritorios
Tanto el Aqueche como el INEB Justo Rufino Barrios carecen de escritorios. Briones contó que tiene años de no recibir escritorios y los pocos que le llegan son "acaparados" por la jornada vespertina, quienes los dejan bajo llave e impiden que los utilicen los estudiantes de la mañana, quienes usan varios en mal estado, sin paleta o bandeja.
Incluso, en las aulas se observan escritorios en mal estado y otros que datan de los años 80, cuando fue fundado el Instituto. "Hace algunos años nos quedamos sin escritorios suficientes y salones completos recibían clases en el piso. Vinieron los noticieros. Solo así logramos apoyo, pero no del Mineduc, sino de fundaciones que nos hicieron donaciones", lamentó Briones.
Lo mismo ocurre en el Aqueche, al extremo que en ese instituto tienen un cementerio de escritorios ubicados en el techo de dos niveles del establecimiento, ya que no tienen donde más colocarlos y, al igual que el gimnasio, la mayoría de los pupitres tienen 15 años.
Sí hubo recursos
Aunque se pensaría que el Mineduc es el único encargado del remozamiento de los centros educativos, no es así, también reciben los Consejos de Desarrollo (Cocodes) y los ministerios de Comunicaciones, Infraestructura y Vivienda (CIV) y el de Desarrollo Social.
Sólo durante la pandemia recibieron más de 2 mil millones de quetzales (Q2,139 millones) para dotación de materiales, mobiliario y equipo educativo, así como para remoción, mantenimiento, ampliaciones y mejoramiento de los centros educativos de preprimaria, primaria, básicos y diversificado. Sin embargo, la ejecución fue de 83.9%, según se refleja en el Sistema de Contabilidad Integrada (Sicoin).
Y, aunque se pensaría que al no haber estudiantes durante la pandemia podría aprovecharse para hacer remodelaciones, remociones o mantenimiento en las instalaciones educativas, la situación no fue así.
Incluso, en el 2021 cuando la movilidad estuvo limitada y los establecimientos estuvieron vacíos, fue el año en que menos presupuesto se asignó para este fin y la ejecución no sobrepasó los 555 millones de quetzales.
Aunque, datos del Sicoin muestran que para este año electoral se incrementó el presupuesto para remoción de centros educativos a 1,185 millones de quetzales. No obstante, ya se reflejan algunas modificaciones presupuestarias que han restado casi 32 millones (Q31.9 millones) para este fin.
Eso sin contar que el presupuesto asignado para mejorar los centros educativos tuvo varias reformas, al extremo que restaron más de 600 millones de quetzales para este fin, aunque hubo programas que recibieron 445.7 millones de quetzales más, la ejecución no fue óptima y muchos, hasta terminaron sin gastar un solo centavo, principalmente en el Mides y el CIV, consta en el Sicoin.
En tanto, el Ciclo Escolar 2023 iniciará con 2.5 millones de alumnos, según indicó la ministra de Educación en rueda de prensa. Y aseguró que varias "escuelas están albergando a niños de otros establecimientos" que están en proceso de remozamiento, porque su intención es que los estudiantes tengan "espacios dignos", pues "su meta este año es llegar a un promedio de 11 mil escuelas" restauradas, y que contarán con el apoyo de instancias internacionales para hacerlo, pero, principalmente en temas relacionados con agua y saneamiento.
Ingreso vedado
Sin embargo, una gran parte de las escuelas e institutos están en abandono y son los alcaldes quienes usan los recursos municipales para hacer las reparaciones necesarias. Así lo comentó el jefe edil de Sipacate, Walter Nájera, quien dijo que "ante la falta de apoyo del Mineduc", ellos han tenido que remozar los centros educativos.
Soy502 realizarían un recorrido por el área, pero las autoridades educativas del lugar indicaron que no estaban autorizados. Esa misma situación ocurrió en algunos establecimientos en la ciudad, donde se vedó ingreso bajo el argumento de ser "propiedad privada".
Al extremo, que la directora de una de las escuelas visitadas en zona 21 aseguró que la llamaron de la Dirección Departamental para informarle que habían reporteros haciendo un recorrido por los establecimientos públicos y que debía impedir el ingreso y la toma de fotografías, de lo contrario podría ser sancionada.
Situación similar ocurrió en la colonia Bethania, zona 7, donde indicaron que debían pedir autorización para permitir entrar, pese a que padres de familia comentaron que desconocían que pasaría con sus hijos, ya que la Escuela Oficial Urbana de Varones Abraham Orantes y Orantes está sin terminar desde hace 2 años y no les han informado qué pasará con los estudiantes.
"Tienen dinero pero no lo ejecutan y si lo hacen, es de manera deficiente", sentenció César Lechuga, del Observatorio del Gasto Público del Comité Coordinador de Asociaciones Agrícolas, Comerciales, Industriales y Financieras (Cacif).
Para Lechuga, otro problema es que el Mineduc ni siquiera sabe cuáles son las necesidades y menos, tiene conocimiento de los proyectos que realizan otros ministerios como el CIV o el de Desarrollo Social. "No tienen la capacidad de supervisar a las obras que realizan y no le dan seguimiento a las de otras instituciones", dijo.
Además, criticó que del total de los recursos asignados para el Mineduc, menos del 5% se utilice para el remozamiento, reparación y mantenimiento de centros educativos. "La mayoría se va para el pago de los compromisos con Joviel Acevedo y su pacto colectivo. La calidad educativa no les interesa, lo único que hacen es evitar que les hagan manifestaciones", criticó.
