La disminución de la población puede afectar la economía del país y su focalización puede consolidar problemas sociales, según expertos.
OTRAS NOTAS: Población en Guatemala: Menos nacimientos en últimos tres años
Los nacimientos en Guatemala han registrado variaciones constantes y no fue hasta los últimos tres años que se comenzó a consolidar una tendencia a la baja, sin embargo, la tasa global de fecundidad de las mujeres guatemaltecas mantiene una disminución constante desde hace casi dos décadas.
Si bien Guatemala cuenta con una de las tasas globales de fecundidad más altas de toda Latinoamérica, se estima que seguirá decreciendo, lo cual, según expertos, puede provocar problemas económicos y, debido a las características del país, consolidar problemas sociales como la pobreza y la desigualdad.
Datos del Instituto Nacional de Estadística (INE) precisan que de 2009 a 2024 se han registrado 5,837,145 nacimiento y en los últimos tres años se comenzó a marcar una tendencia a la disminución (2022, 345,869 nacimientos; 2023, 342,694, y 2024, 299,256), con variaciones, pues un año se observa aumento y luego, disminución.
Sin embargo, eso no pasa con la tasa global de fecundidad —que es el número de hijos que en promedio tendría una mujer durante su vida fértil—, pues ha demostrado un marcado descenso los últimos 18 años.
Los datos del INE muestran que en 2005 dicha tasa era de 3.8 por cada mujer. En 2010 bajó a 3.0, en 2015 era de 2.9, en 2020 llegó a 2.3 y en 2022 (el último dato actualizado) fue de 2.2.
Lo anterior muestra una clara tendencia a la baja y según los datos de nacimientos, seguirá bajando incluso por debajo de los 2.1, lo cual es definido por organismos internacionales como la tasa de fecundidad de remplazo.
Según el Instituto de Economía, Geografía y Demografía (IEGD) de España, la tasa de fecundidad de reemplazo, es la mínima necesaria para que una población cerrada se mantenga de manera indefinida en el tiempo sin disminuir su volumen.
De acuerdo con los datos del INE, en 1950 —hace 75 años— dicha tasa era de 7.0, para 1975 estaba en 6.7 y en 2000 ya había bajado a 4.6. Esto demuestra que la tendencia a la diminución se mantiene desde hace décadas.
Factores que inciden
Marlon Pirir, analista de Datos Vitales del INE, señaló que la tendencia demográfica del país ha ido cambiando y uno de las principales razones es el nivel educativo que se registra en la actualidad.
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Señaló que conforme pasaba el tiempo, las personas han tenido más acceso a la educación y se ha ido retrasando el nacimiento del primer hijo en las parejas guatemaltecas.
"Otro factor que se puede tomar en cuenta, es que el Ministerio de Salud ha impulsado más programas de atención a la planificación familiar y eso también ha tenido un impacto", precisó Pirir.
Agregó que se debe tomar en cuenta la precisión de los datos técnicos que se tenían y sobre los cuales se elaboraban las proyecciones anteriormente.
"El último censo fue en el 2018 y antes de este el último se elaboró en el 2002, entonces las proyecciones de población, que es uno de los datos fundamentales con los cuales se realiza los cálculos de la tasa global de fecundidad, estaban sobreestimadas", indicó el experto.
Pirir dijo que para la pandemia del Covid-19 no se percibió "una reducción abrupta" en los nacimientos como se ve ahora, pero destacó que no es un fenómeno solo en Guatemala, sino que es a nivel regional.
El analista señala que derivado a los datos de nacimientos que se han registrado en 2023, 2024 y la información del primer trimestre de 2025 (62,674 nacimientos), todo parece indicar que la tasa global de fecundidad seguirá a la baja en los próximos años.
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Consecuencias
Un estudio de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) señala que Guatemala aún tiene una de las tasas globales de fecundidad más alta de la región ya que el promedio en América Latina y el Caribe es de 1.8.
El estudio precisa que las tasas más bajas las presentan Chile, 1.14; Costa Rica, 1.32; Uruguay, 1.4, y Argentina, 1.5. Mientras que las más altas están en Guatemala, 2.2; Paraguay, 2.4; Honduras, 2.48; Bolivia, 2.5, y Haití, 2.6.
La Cepal señala que "el envejecimiento representa un desafío estructural que afecta todas las esferas de la sociedad y la economía, como la capacidad de consumo, la generación de ingresos, los patrones de ahorro y el financiamiento de períodos de dependencia".
Agrega que "a mediano plazo, la reducción de la proporción de población activa y el aumento de la relación de dependencia demográfica puede incidir de manera negativa en el crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB) per cápita, amenazando el desarrollo".
Mario Rodríguez, investigador del Instituto Guatemalteco de Economistas (IGE), señaló que "no debe darse una interpretación ligera a los datos" de la fecundidad en Guatemala ya que "para comprenderlos en toda su dimensión hay que tomar en cuenta la composición de la sociedad guatemalteca".
Explicó que la tasa 2.2 es un promedio nacional, pero donde más se ha registrado esa baja es en las zonas urbanas como el departamento de Guatemala (1.6) donde la tasa es incluso menor al promedio latinoamericano y del caribe
Pero en lugares como Alta Verapaz (2.7), Huehuetenango (2.8) y Quiché (3.1) la tasa global de fecundidad es superior a los promedios más altos de la región lo cual a criterio del experto "reflejan las condiciones de desigualdad" existentes en el país.
"El principal problema de esto es la pobreza, porque los datos nos dicen que se incrementarán el número de pobres. Principalmente porque ese crecimiento poblacional se reproduce en las comunidades más desfavorecidas y donde hay poca presencia del Estado", señaló el experto.
Rodríguez explicó que en la actualidad el país tiene una base de población muy joven, pues aún disfruta de lo que se conoce como bono demográfico "lo cual es bueno, pero lamentablemente, el país no lo ha aprovechado".
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Agregó que el Estado no tiene políticas públicas para brindar empleo digno a todos esos jóvenes y menos aún en los lugares donde la tasa de fecundidad y nacimientos es más alta.
"Tenemos mucha juventud, pero a partir de 2015 comienza a disminuir la tasa en función de ciertos grupos específicos y en general lo que muestra en el fondo de los datos es una desigualdad tremenda", apuntó el investigador.
Agregó que solo hace falta hacer una pequeña comparación para darse cuenta la diferencia de los datos entre grupos indígenas y rurales con áreas metropolitanas y grupos específicos, "la diferencia es enorme", puntualizó Rodríguez.
