Activistas del movimiento ecologista ruso "El Siglo Verde" depositaron hoy flores frente a la Embajada de Dinamarca en Moscú para recordar a una jirafa sacrificada el pasado domingo en el zoológico de Copenhague.
Los ecologistas protestaban así por el sacrificio y posterior desuello -pese a una intensa campaña pública en internet para salvar su vida- de la jirafa Marius, de dos años, con el fin, según la administración del zoo, de evitar futuros problemas de consanguinidad.
El animal fue desollado en presencia de decenas de niños que visitaban el zoo, como se puede apreciar en las impactantes fotos del acto difundidas en Internet.
Mientras, la dirección del zoo ha defendido que Marius debía ser sacrificada porque el objetivo del zoológico es asegurarse que los mejores genes pasan a las generaciones venideras, preservándose así a largo plazo la supervivencia de las especies que acogen.
El animal murió por un disparo de una pistola de perno, después de que se descartase el empleo de una inyección letal -que hubiese contaminado su carne-, ya que sus restos debían emplearse no sólo para investigación sino también para alimentar a carnívoros del zoo.






