La dieta es el combustible necesario para el motor del cuerpo. La alimentación insuficiente y la excesiva son poco saludables debido a que pueden causar un daño grave al organismo, incluso pueden llegar a desequilibrar las funciones cerebrales.
Los excesos nunca llevan por buen camino, esta idea también aplica a la comida.
A la vez, también invade el "no se puede", por las privaciones de los ayunos desmedidos, las dietas, las propuestas light, los modelos de hiperdelgadez, entre otros.
Pero ¿de qué manera eliges alcanzar un cuerpo y una mente sana y equilibrada? En la conducta está la clave.
Elige sentirte bien
Aprender a comer en forma inteligente, aportando los nutrientes necesarios y dándote un gusto de vez en cuando, debería convertirse en una regla para cada día.
Según explica la Dra. Edith Szlazer, nutricionista y psicóloga, una de las claves para comprender el tema es que "está de moda hacer dietas, y eso se copia. Alguien empieza con una dieta, y todos comienzan a hacerla. Se pierde la capacidad de darse cuenta de que el cuerpo es de uno y hay que cuidarlo".
Lo central es aprender a elegir la forma de alimentarse y seguir algunas reglas para una vida sana: comer seguido, aprender a desayunar, no saltar comidas, hacer ejercicio físico. Adoptar estos principios es la mejor manera de modificar la relación con la comida.
Las personas que se preocupan demasiado por mantener el peso o tienen trastornos alimenticios, a veces ponen en práctica métodos poco saludables. Los más comunes son el ayuno, la inanición, comer compulsivamente y el uso indiscriminado de laxantes, de medicamentos para bajar de peso, de diuréticos o el exceso de ejercicio.
¿Cómo revertir estos trastornos?
Dada la complejidad del problema, el tratamiento debe ser multidisciplinario: seguimiento médico para la dieta, apoyo psicológico, actividad física y acompañamiento familiar.
También trabajar en las aspiraciones personales del paciente, para poder definir y visualizar quién quiere ser física y emocionalmente, así como su estado de salud y el tipo de vida que quiere llevar.
Hay que aprender a tomar en serio la necesidad de comer, porque las necesidades físicas o emocionales son importantes y tienen sentido. La negación de las necesidades de la propia humanidad, o la aversión a ellas, lo que conduce a la autodestrucción, a la dependencia y al trastorno alimentario.
Disfrutar cada instante
Una vida saludable se vincula a la comunicación. La manera en que lleva la relación con la comida es un reflejo de la forma de vivir.
La nutricionista sintetiza su mensaje con la solución: "siendo generosos con nuestro propio organismo y con el de otras personas, con placer y tiempo, degustar cada bocado y evitar el despilfarro. Disfrutar lo que se hace porque cada instante puede volverse único e irrepetible".
