El 6 de enero de 1998, la banda Agosto Negro aterrorizó a los guatemaltecos al secuestrar a Danita González Plank y a su bebé de seis semanas, en Quetzaltenango. Otras bandas habían secuestrado a niños y mujeres embarazadas, pero nunca a una madre junto con su bebé.
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Siete días después del plagio, el 13 de enero, un bombero encontró una caja de cartón en la calle Rodolfo Robles de Quetzaltenango. Adentro había una recién nacida. Era la niña González y estaba viva. El cadáver de su mamá, Danita, apareció horas más tarde, en el camino a Olintepeque.
Secuestrador y asaltabancos
El líder de Agosto Negro era un ex policía llamado Rigoberto Morales Barrientos. Mientras la banda tuvo a González Plank secuestrada, estos criminales también asaltaron un banco en Xela y cargaron con Q1 millón. Por eso el apodo del cabecilla de este grupo era "Rigorrico".
Antes que acabara enero de 1998, la banda también secuestró en Retalhuleu a Patricia Recinos de Diez, esposa de un empresario español.
La liberación de Diez llevó a la captura de Morales Barrientos, pero no por mucho tiempo. En mayo de 1998, se fugó de la cárcel preventiva de Xela con otros 16 reos. Para entonces, la Policía también lo vinculaba con el asesinato de la fiscal Silvia Jeréz, quien investigaba el secuestro y brutal muerte de González Plank.
Primera condena
El 13 de octubre de 1998, "Rigorrico" volvió a caer en El Estor, junto con seis cómplices. En esa ocasión, lo acusaron del secuestro del empresario Edin Javier Bailey Beltetón.
En 1999, un tribunal condenó a Rigoberto Morales Barrientos a 30 años de cárcel por tenencia de armas prohibidas y robo agravado. De esa sentencia solo cumplió unos meses, pues en junio 2001 huyó junto con 77 reos de la cárcel de máxima seguridad El Infiernito, en Escuintla.
Reincidente
Después de tres meses, lo agarraron una vez más en la colonia Carolingia de Mixco. "Rigorrico" fue enviado al Preventivo de la zona 18. Para entonces, lo vinculaban a seis secuestros más.
En noviembre de 2001, Morales Barrientos fue sentenciado a 50 años de cárcel por el secuestro de Bailey Beltetón.
En octubre de 2019, lo condenaron a 93 años de cárcel por el secuestro y asesinato de Daniel Aragón Solórzano, ambos crímenes perpetrados en febrero de 2017, desde la cárcel.
