Con excepción de Belice, Guatemala se ubica en el último lugar del Índice de Gestión de la Inversión Pública (PIMI) en Centroamérica.
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Guatemala tiene un Índice de Gestión de la Inversión Pública de 1.05, situándose "como el país con peor desempeño" en el istmo, según dio a conocer la Cámara Guatemalteca de Construcción (CGC).
Dicho informe, mejor conocido como Índice de Infraestructura, cuya metodología fue desarrollada por el Fondo Monetario Internacional, ubica a Guatemala en el puesto 58 de 72 países evaluados, incluso, se encuentra rezagado en comparación con Bolivia, Colombia, El Salvador y Perú.

Uno de los factores que incide en este resultado es la falta de planificación estratégica, es decir, existe una selección discrecional de proyectos sin un modelo lógico de desarrollo o estimación adecuada de costos.
El documento también reporta que, en promedio, sólo una oferta se presenta en los concursos públicos, lo que limita la competencia.
En cuestiones presupuestarias, los recursos destinados al funcionamiento superan a la inversión y se dio a conocer que también hay demoras en los pagos de facturas, así como prácticas no eficientes en la ejecución de proyectos.
Luis Fernando Castellanos, presidente de la CGC, expuso que le han explicado a las autoridades, incluido el Ministro de Comunicaciones y el Presidente de la República, que buscan seguir siendo aliados para brindar acompañamiento e insumos técnicos.
Algunas de las recomendaciones vertidas son establecer mejoras en la planificación, incrementar la competencia, fortalecimiento de la supervisión y gestión presupuestaria para reducir el gasto en funcionamiento.
Al tanto de la situación
En la actividad participó el viceministro de Infraestructura Max Alejandro García, quien expuso que hace cuatro años empezó a hacer un análisis que coincide con lo presentado este día y que trabajan en una ruta para establecer mejoras.
"Todos sabemos la situación del país y en el que está el manejo del Estado", manifestó y añadió que la modernización es el paso a seguir. Citó por ejemplo, el caso de la Superintendencia de Administración Tributaria (SAT), ya que al momento de actualizarla, mejoró la recaudación.
Expuso: "La realidad es mucho peor de lo que acabamos de ver (...) la ineficiencia y la falta de transparencia y la corrupción han socavado la confianza en nuestras instituciones", y mencionó que lo anterior deriva en sobrecostos e infraestructura deficiente.
Para finalizar, citó que estas prácticas encontradas por la presenta administración provoca un entorno poco propicio para la inversión ya que la infraestructura es la columna vertebral de la economía.