Durante la temporada de invierno, el Lago de Amatitlán recibe 45 mil metros cúbicos de desechos sólidos mensualmente. Esto equivale a 3 mil 750 camiones de basura. Las lluvias llevan toneladas de basura hacia los ríos que atraviesan la ciudad y éstos arrastran los desechos hasta el cuerpo de agua.
Es una temporada especialmente activa para Marlon Alonso, encargado del área de limpieza de la Autoridad para el Manejo Sustentable de la Cuenca y del Lago de Amatitlán (AMSA). Alonso cuenta con un equipo de 11 personas que trabajan ocho horas diarias para extraer del agua botellas, plásticos, neumáticos, animales muertos y trozos de madera.
Una red de un kilómetro y medio de extensión rodea la desembocadura del río Villalobos donde entran todos los desechos. Esta impide que la basura flotante se disperse en todo el lago. Con ayuda de dos lanchas literalmente “barren” la basura. La juntan y una retroexcavadora se encarga de retirarla del agua.

Según explica Amed Juárez, Director de AMSA, la basura proviene de 13 municipios del departamento de Guatemala, donde se incluyen: Mixco, Villa Nueva y Fraijanes. Según Juárez, la falta de regulación en el manejo de la basura es la principal causa de tanta contaminación en el Lago de Amatitlán.
El director de Amsa explica que las municipalidades no son fuertes en el cumplimiento del reglamento de manejo de los desechos. Esto facilita la proliferación de basureros y drenajes clandestinos en las cercanías de los ríos.
Alternativas
Juárez explica que AMSA está trabajando en reactivar once plantas de tratamiento de agua en distintos municipios. Además, planea vender los desechos plásticos que extraen de las aguas del lago para agenciarse de algunos fondos para impulsar programas de rescate del lago.





