Iker Casillas está pasando una de las peores rachas personales de su vida, después de que sufriera un infarto el 1 de mayo y de que a Sara Carbonero le detectasen un cáncer de ovario.
El portero español no está para muchos sobresaltos, pero eso no le ha hecho desconectarse del fútbol, ni mucho menos. Eso es lo que le ha hecho volver a pisar un terreno de juego, aunque esta vez como público.
Casillas viajó desde Madrid, donde estaba acompañando a su esposa, al Estadio Nacional de Oeiras, a las afueras de Lisboa, donde su club, el Oporto, disputó la final de la Copa de Portugal.
El portero mostró así su apoyo a los Dragones en el partido contra el Sporting de Portugal, que después de ganar la Supercopa del país Luso en agosto, se disputaron levantar el segundo título de la temporada. El partido se resolvió justo de la manera que los cardiólogos de Iker Casillas no hubieran querido, en los tiros de penal.
Al minuto 41, Soares abrió el marcador y para festejarlo, corrió a la banda y tomó la playera de Casillas, a quien le dedicó el gol. El portero español no pudo esconder su emoción y lloró ante el cariño que le demostraron sus compañeros.
En el plano deportivo, el Sporting se quedó con la Copa, luego de vencer 5-4 al Porto en la tanda de los penales, tras acabar el partido empatado 2 a 2.
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*Tomado de 20 Minutos
