Aclamado por muchos y criticado por otros, el general Justo Rufino Barrios fue un militar que estuvo al frente durante el cambio político al régimen liberal en el país, a finales del siglo XIX.
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Para algunos justo, para otros no tanto, esa era la fama que tenía Justo Rufino Barrios Auyón, un jefe militar que llegó a ser presidente de Guatemala de 1873 a 1885, período en el que promovió varias leyes y reformas que marcaron la historia del país.
Nacido en San Marcos en julio de 1835, fue un militar de carrera que apoyó las causas liberales de su época, lo que lo llevó a ser parte de la cúpula política que derrocó el régimen conservador en el país e instauró nuevas ideas políticas a partir de 1871.
En 1873 se convirtió en presidente de la República de Guatemala y durante su administración realizó varias obras e impuso varias reformas que dejaron huella en el país.
Barrios se encargó de fundar el Banco Hipotecario, el Hospital de Oriente en Chiquimula, desarrolló el mercado de La Reforma, firmó el contrato para la construcción del Ferrocarril Sur, promulgó el código penal, militar y fiscal, y mandó a construir el Cementerio General de Guatemala.
Hombre de batalla
Mientras estuvo al frente del país, también se encargó de hacer repartición de tierras para que estas fueran aprovechadas, beneficiando a algunas familias nacionales y extranjeras, por lo que muchos políticos se convirtieron en sus opositores.
También mandó a construir la Penitenciaría Central y se dice que tuvo mano dura, encerrando y castigando a muchos de sus detractores políticos, siendo este otro de los señalamientos en su contra.
A pesar de tener un puesto de privilegio, Justo Rufino Barrios fue un militar toda su vida, por lo que se sentía muy cómodo en el campo de batalla, lugar donde vivió sus últimos momentos, ya que perdió la vida el 28 de febrero de 1885 en la Batalla de Chalchuapa.
