En abril de 1885, hace 140 años, tuvo lugar la Batalla de Chalchuapa, un enfrentamiento que dejó varios fallecidos, entre ellos al entonces presidente de Guatemala, Justo Rufino Barrios, así como a Adolfo Venancio Hall.
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La Batalla de Chalchuapa es uno de los enfrentamientos armados más destacados en la historia de Centroamérica. Esta lucha tuvo lugar en territorio salvadoreño, el 2 de abril de 1885.
Justo Rufino Barrios, el presidente de Guatemala, era un hombre de armas tomar, por lo que participó en distintas batallas, incluyendo la que marcó su muerte.
Uno de los propósitos de Justo Rufino Barrios mientras gobernaba el país, era unificar a Centroamérica en una sola república, lo que intentó, sin éxito, por la vía diplomática y por medio de las armas.

El ejército guatemalteco que luchó en la Batalla de Chalchuapa fue llamado el Batallón de Jalapa y, previo a llegar a su destino, se enfrentó exitosamente a soldados salvadoreños el 29 y 31 de marzo de ese año.
Fuego cruzado
El 2 de abril se inició desde tempranas horas un fuego cruzado con escopetas y metrallas. Para el mediodía, el Batallón de Jalapa se encontraba desanimado y se rehusaba a seguir peleando, por lo que Justo Rufino Barrios se ofreció como comandante para ir al frente, lo que levantó la moral de sus hombres.
Uno de los sargentos más sobresalientes de este batallón era el joven Adolfo V. Hall, quien según cuentan, en el mismo campo de batalla fue promovido al rango de coronel debido a la valentía que demostró al mando de un grupo de combatientes.

Al elevar su rango, Adolfo V. Hall lideró todo el batallón y comandó el enfrentamiento, lo que lo dejó en una posición vulnerable frente a los cañonazos, propiciando la tragedia que vendría.
V. Hall fue alcanzado por una bala de cañón que le quitó la vida a él y algunos soldados guatemaltecos. Ante lo sucedido, Justo Rufino Barrios decidió subir con su yegua a una superficie alta para ver mejor las fortificaciones enemigas, lo que derivó en una nueva tragedia.
Intentando desmontar, Barrios se inclinó y fue alcanzado por una bala. De inmediato fue atendido por un doctor que formaba parte del batallón, pero no logró salvarle la vida, por lo que el general Felipe Cruz se quedó al mando del ejército guatemalteco durante el resto de la batalla.
Ese día también falleció Venancio Barrios, hijo del presidente. La mayoría de cuerpos caídos en batalla, entre ellos el de Adolfo V. Hall, fueron llevados a un pueblo en las faldas del volcán Chingo y ahí fueron enterrados en fosas comunes, esfumándose de esa manera el sueño de una Centroamérica unificada.