La cartera de Desarrollo Social asegura que para abrir un comedor social, se toman en cuenta indicadores que respalden la necesidad de la población.
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Desde enero de 2024 para la actualidad el Ministerio de Desarrollo Social (Mides) ha abierto 50 comedores sociales, lo que representa un aumento del 50 % en relación con los existentes en 2023.
El ministro de Desarrollo Social, Abelardo Pinto, informó que previo a que esta administración gubernamental asumiera existían en todo el país 67 comedores sociales y el próximo 8 de agosto se inaugurará el comedor número 100 en Uspantán, Quiché.
"Esto representa un aumento de un 50 % de los comedores que existían al inicio del Gobierno. Es un avance que no solo es cuantitativo, es una expansión estratégica y bien focalizada, guiada por criterios técnicos y necesidades reales", afirmó el funcionario.
Pinto explicó que el Mides actualmente tiene presencia de comedores sociales en 20 departamentos del territorio nacional, en los cuales se sirven a diario 35 mil raciones de comida, lo que ayuda "directamente a las personas que más lo necesitan".
El ministro aseguró que los comedores fueron establecidos en áreas priorizadas basadas en indicadores sociales, donde se tomó en cuenta datos como la magnitud relativa de pobreza municipal y que esperan para finalizar el año contar con 110 establecimientos.
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"No abrimos comedores por presión ni intereses políticos. Cada apertura responde a datos, diagnósticos y mapas de vulnerabilidad. Cada comedor social representa mucho más que un plato de comida caliente, es una acción concreta del Estado para dignificar, proteger y acompañar a quienes enfrentan situaciones difíciles", aseguró el ministro.
Atención a emergencias
El ministro explicó que el Mides respondió de manera rápida ante las emergencias suscitadas por los violentos sismos ocurridos el 29 de julio pasado y que afectó varios municipios de Jutiapa.
"Entre el 30 de julio y el 3 de agosto, el Mides entregó más de 15 mil raciones calientes en los municipios de Comapa, Zapotitlán y Jerez, a través de los comedores sociales instalados en el lugar", declaró Pinto.
Aseguró que la respuesta no fue improvisada y que "fue posible gracias a una red de crecimiento, un equipo comprometido y una política pública que reconoce la alimentación como un derecho y no como un favor".
"Esta respuesta no solo fue técnica, sino profundamente humana. Alimentar en momentos de crisis es un acto de dignidad, es un gesto que restaura la confianza y en muchos casos salva vidas", puntualizó el funcionario.
