El próximo 19 de marzo se cumplen 50 años de la gesta más importante del fútbol guatemalteco: la selección nacional se coronó campeona del torneo Norceca (Norte, Centroamérica y el Caribe), en el lejano 1967, culminando el certamen invicta. Este campeonato podría compararse con la actual Copa Oro.
Pero ahora la realidad es muy distinta. Los intereses personales de unos pocos tienen a la Fedefutbol suspendida por FIFA y al borde del colapso.
De la mano del entrenador uruguayo, Rubén Amorín Mattos, Guatemala dio la sorpresa al ganar cuatro de sus cinco partidos y solo empatar uno (0-0) contra Honduras, cuadro local.
La Azul y Blanco inició su camino al título venciendo 2-1 a Haití el 6 de marzo de ese año, en el estadio nacional de Tegucigalpa. Sin embargo, el partido que más llamó la atención, y es el que más se recuerda, fue el triunfo 1-0 sobre México, con gol de Manuel Lizandro "Escopeta" Recinos. El fubolista hizo la diferencia con un potente cabezazo y decretó la locura en la capital hondureña, donde la bicolor prácticamente jugó como local, ya que los catrachos alentaron al cuadro centroamericano por encima de los mexicanos.
El 12 de marzó se dio el empate frente a los locales, mientras que el 14 de marzo nuevamente se impuso 2-0 sobre Trinidad y Tobago. Finalmente se selló la participación histórica el 19 del mismo mes venciendo 2-0 a Nicaragua.
El regreso al país fue impresionante, los seleccionados nacionales encabezados por Jorge "el Grillo" Roldán fueron recibidos como héroes. Miles de personas salieron a las calles y sobre un camión los campeones recibieron un verdadero baño de masas. Un recuerdo que vive en las añoranzas de los abuelos y casi en el olvido para las nuevas generaciones.