Principales Indicadores Económicos

La bendita realidad

  • Por Soy502
08 de junio de 2015, 23:02
Nuestra mente construye la realidad, a través de la percepción. (Foto: Chema Madoz).

Nuestra mente construye la realidad, a través de la percepción. (Foto: Chema Madoz).

En estos días he escuchado la frase "hay que conocer la realidad". Una frase que quizás, más que una buena voluntad, sea reflejo de un conformismo disfrazado.

La realidad es un fenómeno que realmente no existe. Es un fenómeno que ocurre en nuestra mente. Nuestra mente es la que ve la realidad. Es nuestra mente la que interpreta los colores, los sonidos, los sabores, que realmente, son ondas y partículas, no realmente colores, sonidos ni sabores. Desde mi perspectiva, mi cosmovisión, mi escala de valores y los conocimientos que tengo acumulados a lo largo de mi vida es que explico "la realidad". Con esa explicación hago mis modelos mentales con los que navego. Usted hace lo mismo. 

Es así que el mundo es realmente "su" mundo. De tal forma que una realidad es una percepción de realidad.

Es por ello que su cerebro le agradecerá llenarlo de mejor información, no de mucha información. Le agradecerá mantener un grado de incredulidad, de cuestionamientos y de apertura a otras ideas.

Lea ideas contrarias a las suyas. Pregunte su opinión a gente que opina distinto a usted. Si usted se la pasa pensando que usted tiene la razón y busca comprobar que tiene la razón, prejuzgando de erróneas todas las ideas distintas a las suyas, difícilmente ampliará su realidad.

En el mundo de la economía, la economía sola no explica al 100% los fenómenos dentro de su paradigma. El valor, un concepto económico, es un término que implica una gran subjetividad. Es así que algo tiene valor porque una persona así lo considera, mientras a otra, le parece una basura o un desperdicio el mismo objeto. Hay factores subjetivos, psicológicos, de cosmovisión, de formación que inciden en la valoración de las cosas. La economía puede medir qué sucede cuando algo se valora más que otra cosa, mas no podrá explicar por qué se valoran ciertas cosas más que otras o bien, por qué se valoran más algunas cosas en ciertas circunstancias que en otras.

Así las teorías de explicación de los fenómenos sociales, parten, siempre, de una concepción filosófica. Lo quiera o no el que trata de explicarse esos fenómenos. Pretender tener un dirigente de la "voluntad colectiva", tiene una visión constructivista, de la corriente de racionalismo constructivista. Acá estamos frente a corrientes platónicas, idealismos. La ingeniería social, los socialismos, comunismos, las tiranías y dictaduras. Estas concepciones, en el fondo, conllevan la noción que los seres humanos con incapaces de trazar su propio futuro y necesitan de alguien que los guíe y decida por ellos.

Del otro lado, las concepciones que ven en el gobernante un administrador de ciertos servicios como seguridad, justicia y diplomacia, grandemente limitados por el marco legal y sujetos a dichas leyes sin tener posibilidad de decidir por los ciudadanos, parten de las nociones filosóficas del racionalismo ingenuo, de las explicaciones aristotélicas de la realidad, de donde parten las corrientes del liberalismo clásico, libertarismo, ejemplificadas en la ilustración escocesa, la constitución americana y modernamente en los países con mayores índices de libertad.

En estas corrientes, se parte del hecho que no hay nadie con una mente tan superior que pueda dirigir las decisiones de todos y por tanto, se logran mejores resultados permitiendo, dentro de un marco de leyes generales, abstractas e impersonales, con altos grados de certeza en su aplicación, que los individuos busquen mecanismos para cooperar entre sí y encontrar las mejores formas de resolver sus problemas, lograr sus fines y encontrar su realización y felicidad en al vida. Al final de cuentas, ¿no era la realidad solo una explicación de su mente

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